Boda italiana en la iglesia de Santa María das Areas

CARBALLO

24 ago 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

1 Emotiva, participativa y muy, muy bonita. Así fue la boda que el lunes por la tarde se celebró en la iglesia fisterrana de Santa María das Areas. Sí, como lo leen, una boda, un lunes. Y no era festivo. Y tampoco fue algo improvisado, porque los novios la planearon hace varios meses. Ellos, italianos ambos y pareja desde hace varios años, decidieron darse el sí quiero en el fin del mundo, después de haber caminado más de 800 kilómetros y felices por finalizar (no era la primera vez) el Camino de Santiago. Stefano Pelamatti y Veronica Borghesi, que llegaron a Fisterra hace unos días (el sábado celebraron una peculiar despedida de solteros durante el Festival Folk na Fin do Camiño, que organizó la asociación cultural Anchoa), prepararon una ceremonia preciosa que ofició un sacerdote italiano y que incluso realizó el intercambio de coronas entre los novios, un rito que en España es muy difícil de ver. Los invitados (algunos incluso realizaron la peregrinación con los jóvenes contrayentes) también participaron activamente en la boda, leyendo textos y deseándoles (en inglés e italiano) muchos, muchísimos años de felicidad. Una petición que también lanzamos desde aquí. Y que vuelvan a Fisterra muchas veces más.

Calamar gigante

2 Los recién casados y sus invitados han estado una semana disfrutando de los paisajes, de las gentes y, por supuesto, de la gastronomía de la Costa da Morte, pero seguro que nunca vieron un calamar tan grande como el que ilustra esta página. Es real. Lo pescó con potera el camariñán Antonio Puertas Lema en la zona de la Virxe do Monte y el primer sorprendido fue él, que jamás se había encontrado con un ejemplar tan grande. En ocasiones anteriores había conseguido alguno de dos kilos y muchos de un kilo, pero jamás un bicho como el de esta ocasión, que parece sacado de alguna película de ciencia ficción. Pesó algo más de cinco kilos y medía 90 centímetros, casi tanto como el nieto de Antonio, André, que a estas alturas ya ha confirmado que su abuelo es un súper-pescador. Con él harán, sin duda, un guiso multitudinario. Habrá que ver, eso sí, qué sabor tiene un calamar tan grande. Su tinta, desde luego, daría para escribir muchas líneas.

Y un mero enorme

3 El calamar de Antonio Puertas es enorme, pero más grande todavía es el mero que este fin de semana podrá degustarse en el restaurante Casa do Arco, en Laxe. Enorme no, gigantesco. El hostelero Fermín Martínez Nantón lo compró ayer en la lonja de Fisterra, hasta donde lo llevó el pesquero San Martiño. Es uno de los más grandes que han llegado al restaurante de Laxe. No el mayor, porque hace unos años Fermín Martínez se hizo con otro de 46 kilos, que cocinó para la primera comunión de sus hijas. En esta ocasión serán sus clientes los que podrán degustar el que está considerado como el pescado más sabroso. Y en este caso, además, se cumple eso de que cuanto más grande, mejor.

Más que encaixe

4 El camariñán Vito Diéguez Pensado ha conseguido, más que nunca, elevar el encaje de Camariñas hasta la categoría de arte. Lo ha sido siempre, pero lo cierto es que el responsable de Xoiería do Encaixe lo ha convertido en cuadros. Algunos de ellos pudieron verse durante la reciente Feira Solidaria que se celebró en la localidad, donde también expuso algunas de sus magníficas fotografías de la Costa da Morte. Vito Diéguez, por cierto, tiene una magnífica colección de imágenes de la puesta de sol de Vilán que toma casi a diario desde la playa de Reira. Son impresionantes.

Inauguración

4 Si este sábado están por Buenos Aires (todo es posible) y sienten morriña, pásense por la sede de la Asociación Benéfica Cultural del Partido de Corcubión, conocida como el ABC de Corcubión, donde el intendente del Partido de Vicente López, Enrique García, y el presidente del ABC, Carlos Ameijeiras, inaugurarán un salón de actos dedicado a Juan Graíño. La institución, que acaba de celebrar un mes dedicado a Galicia y en la que han impartido conferencias algunos vecinos de la Costa da Morte, sigue muy ligada a aquellos que hace ya muchos años dejaron la comarca para instalarse en Argentina. Si se pasan por allí se sentirán como en casa. Al menos eso es lo que intentan.