Se han fijado en que en el ascensor, o en la calle, ya no se habla del tiempo? Ahora el tema es distinto y es único. Todo gira en torno a la crisis, que ya ha generado sus propias y socorridas muletillas, igual que las borrascas de Pemán. Tal y como están las cosas, con la que está cayendo, esto va a ir a peor... Ya saben de qué les hablo. Se ha adueñado de todo, además, cierto tono de confesionario, y aunque no se hable de economía las dolientes expresiones llegan ya a cualquier rincón.
-¿Cómo estás?
-Bueeeno, no puedo quejarme con la que está cayendo.
-¿Todo bien?
-Me duele un poco la hernia inguinal, pero tal y como están las cosas...
El «tal y como están las cosas» y el «con la que está cayendo» son, indiscutiblemente los reyes del discurso.
-¿Y qué le pongo?
-Ponme, tal y como están las cosas, doscientos de choped y cien de queso en lonchas.
-¿Algo más?
-Dame algo de jamón serrano, no muy salado, con la que está cayendo...
Si se acompaña de un gesto algo funesto y de movimientos reflexivos de cabeza surte mucho más efecto.
-¿Ganó ayer el Madrid?
-¡Qué va! Tal y como están las cosas...
-¿Pero no metió tres Ronaldo?
-¿Ronaldo? Con la que está cayendo...
Son, ya ve, expresiones muy socorridas. Puede pedir el pan con la que está cayendo y sonarse los mocos tal y como están las cosas. Puede celebrar el cumpleaños de su hijo con la que está cayendo y hacerle un lujoso regalo tal y como están las cosas.
-¿Y no estabas en el paro?
-Qué va, hija, qué iba a estar, con la que está cayendo.
Llueve a cántaros y un paisano, sacho en mano, se afana, empapado, en levantar terrones. Le pita el iPhone y echa un ojo a la pantalla. Menea la cabeza con gesto de óbito. El vecino que tira de las vacas de vuelta para la cuadra el pregunta qué pasa. «O Papandreu, que quere convocar un referendo».