El Concello de Fisterra aprobó el plan de ajuste ligado a la concesión de créditos del Estado para pagar facturas pendientes. La iniciativa presentada por el gobierno local salió adelante con sus propios votos y sin ninguno en contra, PSOE y BNG se abstuvieron, eso sí, los nacionalistas dejaron claro que estaban en contra del documento y que no se oponían únicamente por responsabilidad y para facilitar el pago de facturas pendientes.
El alcalde, José Manuel Traba, explicó que el plan se presentaba por imperativo legal, y apuntó que no se contempla ninguna medida de especial calado porque estas ya se tomaron el pasado octubre cuando el gobierno local aprobó una subida de varias tasas que sirvió para recortar el déficit.
Sí habrá una subida del agua -moderada- y se cobrará una tasa por el alcantarillado, pero porque ahora ya lo hay, no por exigencias del plan, dijo Traba, quien especificó que la deuda pendiente asciende a 206.000 euros -ninguna factura es anterior al 2007- y que queda un pago de unos 90.000 euros a Sogama que no puede acogerse al decreto.
El nacionalista Modesto Fraga consideró bochornoso que hubiera pagos pendientes desde el 2007 y criticó que el plan que se presentaba no recogiera medida alguna de ahorro. Propuso que se recortara un 15 % la cantidad que perciben los ediles por asistencia a pleno, así como los sueldos políticos, algo que los populares consideraron demagógico.
Además, Fraga cuestionó la verosimilitud de las cifras de ingresos y gastos de determinadas partidas, como la de recogida de basura, que pasa de ser deficitaria a un año a cuadrar las cuentas al otro sin nuevas subidas del recibo.
En el pleno, el edil Ramón Redonda acusó a Fraga de haber intentado pactar con el PP por un salario hace años. El edil pidió que se recogiera en acta y amenazó con llevarlo al juzgado.