La Costa da Morte se convierte en un destino para los famosos

M. P. Valle CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

El actor muxián Nancho Novo regresó a Muxía para disfrutar del Mercado das Rutas do Mar.
El actor muxián Nancho Novo regresó a Muxía para disfrutar del Mercado das Rutas do Mar. xosé búa< / span>

Cantantes, actores y otras personalidades eligieron la comarca para disfrutar de sus paisajes y su gastronomía

12 sep 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

«Me fascinan los pequeños pueblos de la costa gallega, tienen un encanto especial. Antes de ir a la playa de Caión pasamos por su puerto, me gusta ver llegar los pequeños barcos que vienen de faenar y que surten de pescado fresco a los restaurantes del pueblo? ¡Que bien se come!» Estas frases, tomadas del blog Planeta Particular, de la vocalista del Sueño de Morfeo, Raquel del Rosario, pusieron de manifiesto a finales del pasado mes de julio que la cantante, ex del piloto Fernando Alonso (no le gusta que la presenten así, y es lógico), no solo está enamorada de un gallego (el director de cine Pedro Castro), sino también de Galicia. Con sandalias de Zara y bolso de Bimba y Lola (se nota que la moda gallega también le gusta), Raquel del Rosario recorrió Caión y colgó en su blog un completo álbum de la visita, de la que se hicieron eco muchos fans de la artista canaria.

Pero ella no fue la única famosa-ilustre-conocida que este verano eligió la Costa da Morte para desconectar, recargar las pilas, y regresar a casa convencidos de que la comarca es un paraíso terrenal. Entre los visitantes que levantan pasiones estuvo el guapísimo actor coruñés Mario Casas, que aprovechó su viaje a A Coruña (fue el pregonero de las fiestas de María Pita) para practicar surf en Razo (no es el primer verano que elige el arenal coruñés). Esta ocasión, sin embargo, optó por pasar desapercibido (tarea casi imposible, por cierto) y se negó a que se le hiciese ninguna foto. «Estoy descansando», argumentó el protagonista de Grupo 7, una de las películas que ayer fue preseleccionada para representar a España en los premios Oscar. Quizás si la cinta llega y triunfa en Hollywood Mario Casas acceda a fotografiarse con sus fans playeras.

En Razo precisamente pasó unos días a finales de julio Juan Ibáñez, uno de los colaboradores del programa El Hormiguero, que presenta Pablo Motos, en el que da «vida» a la famosa hormiga Trancas, compañera inseparable de Barrancas. Juan aprovechó su viaje a Bergantiños para disfrutar, invitado por la actriz carballesa María Tasende Cotelo del festival Sereas e Piratas, que se celebró en el arenal carballés.

La de Razo, que también visitó el guionista y humorista Rober Bodegas, fue, sin duda, una de las playas más concurridas de la Costa da Morte en lo que a «famoseo» se refiere, pero las de Malpica no le anduvieron lejos. De hecho, de la localidad disfrutaron actores como Santi Romay, que volvió a casa para compartir jornadas con su familia y amigos; Teté Delgado, una de las clásicas del verano malpicán, o Fran Perea (también cantante), que aprovechó el mes de agosto para bañarse en Area Maior y gozar de las vistas en las terrazas del paseo marítimo. Por la localidad también pasaron la actriz Neus Asensi y el director Ángel de la Cruz, grandes amigos desde que trabajaron juntos en Los muertos van deprisa. Ambos compartieron una sabrosa comida en uno de los clásicos de Malpica, O Burato, e intentaron, sin éxito (no había marea) comprar percebes para llevarse a Madrid y hacer que sus amigos se muriesen de envidia.

Hasta Malpica se acercó también este verano Jack Peñate, un gran músico que ha colaborado con la famosísima Adele, invitado por Daniel Castro García, de Cerqueda, un prometedor director de cine que incluso ha trabajado con Steven Spielberg.

El famoseo del fútbol también se dejó ver este verano por la Costa da Morte y hasta Camariñas se acercó, un año más, un enamorado de la comarca: Manuel Sanchís, uno de los integrantes de la mítica Quinta del Buitre, llegó en yate, paseó en bicicleta y disfrutó de la comida. Y no fue el único, porque la comarca gana adeptos año tras año hasta el punto que se está convirtiendo en un destino de moda. Lógico.