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La compañía catalana cerrará esta noche la 21.ª edición del FIOT
31 oct 2012 . Actualizado a las 07:00 h.La compañía catalana Els Joglars será la encargada de clausurar esta noche (21.00 horas) la 21.ª edición del Festival Internacional Outono de Teatro (FIOT) de Carballo y lo harán con El Nacional, una demoledora sátira sobre la crisis de los teatros. Un espectáculo estrenado en 1993 que el grupo ha recuperado para celebrar sus bodas de oro y que, según su protagonista, Ramón Fontserè (Torelló, Barcelona, 1956), «hoy tiene más vigencia que entonces». Fontserè, que se alistó en las filas de Els Joglars en 1983, tomará las riendas el próximo año, tal y como anunció en septiembre su director desde la fundación de la compañía, hace 50 años. «Es una gran responsabilidad», aseguró en Voces de Bergantiños, de Radio Voz.
-¿Ha habido cambios en «El Nacional» con respecto a 1993 o la trama sigue funcionando igual a día de hoy?
-Curiosamente y desgraciadamente es un espectáculo que con el tiempo ha ganado actualidad. Es más actual ahora que en el año 93, cuando lo estrenamos. Entonces no imaginábamos que 19 años después el texto sería más actual y más realista que entonces. No hemos cambiado nada del texto, solo hemos actualizado algunas cosas y hemos añadido partes musicales y hay canciones en directo, fragmentos de Rigoletto, de Aida y de otras obras.
-El primer estreno fue todo un éxito. ¿Cómo está funcionando ahora?
-Venimos de participar en el Festival de Cádiz y fue un éxito, y hace poco estuvimos en Santos (Brasil), en el festival de Mirada, y también fue un gran éxito. El espectáculo está muy bien y el público lo recibe con mucho entusiasmo. Porque yo creo que El Nacional resume muy bien, perfectamente, los 50 años de historia de Els Joglars. En esta obra están presentes nuestros elementos sublimes y canallas, el humor, el sarcasmo y la ironía, y, sobre todo, detrás hay un gran trabajo artístico. Si durante este medio siglo no hubiese habido esa obsesión por el trabajo bien hecho no hubiésemos durado tanto tiempo.
-¿Qué les llevó a elegir «El Nacional» para celebrar ese medio siglo?
-Porque resume muy bien nuestra trayectoria y por su tremenda actualidad. Nos dimos cuenta de que para estos tiempos no había un espectáculo mejor. Creo que al público, además de entretenerlo, hay que mostrarle una realidad y eso es lo que hacemos en El Nacional. Todo lo que pasa sobre el escenario cobra más fuerza y en este espectáculo pasan muchas cosas y hay muchas tesis, y muchas reflexiones, sobre nuestro propio oficio, por ejemplo.
-«El Nacional» supone una gran crítica al mundo del arte, pero al mismo tiempo refleja un gran amor al oficio. ¿Cómo conjugan crítica y amor?
-El protagonista, el acomodador, es una especie de jardinero que poda todas las malezas que envuelven el mundo artístico: el endiosamiento, el exhibicionismo, la vanidad... Él poda las malas hierbas y queda el artista, el hombre que con nada es capaz de hacer mucho, que es la esencia del teatro que amamos.