Hace tres años, el Concello de Muxía hizo suya la reclamación del cura y abogado Celso Alcaina Canosa, residente en Madrid, que dos decenios atrás comenzó a solicitar la devolución de dos pilas, una bautismal y otra de agua bendita, que en los años sesenta desaparecieron de la iglesia de Moraime. El alcalde, Félix Porto, remitió una carta a la Consellería de Cultura para que ambas piezas sean devueltas al lugar de origen, pero el viernes por la noche, comentaba: «Nunca máis volvín a saber nada».
En los años 40, las pilas fueron retiradas de su lugar original, en el que llevaban ocho siglos, y las trasladaron al patio de la casa rectoral. En los años 60, Carmen Polo, esposa de Franco, hizo una visita a Muxía y realizó una parada en Moraime, vio las pilas y pidió quedarse con ellas. Al día siguiente apareció por la localidad un camión con operarios para cumplir el encargo de llevárselas. En el Concello creen que están en Meirás.