Los seísmos atormentaron en los últimos días la Terra de Soneira. Los sismógrafos detectaron en las últimas semanas una decena de terremotos de baja intensidad que la población no llegó a percibir. Algún tunante no ha desaprovechado la ocasión para atribuir los movimientos en las profundidades de la comarca a las intensas grescas políticas que se viven a menudo en los consistorios de Vimianzo y Camariñas. Pero para tormenta, o mejor mar de fondo, el producido estos días con Fitur por el medio. Seis concellos de la Costa da Morte se fueron a la feria de turismo de Madrid por su cuenta, al margen de Turgalicia, que hizo lo imposible para que ninguna oveja gallega se saliese del redil de su estand. Y se le fueron dos, Muros y Carnota, por una parte, y los seis municipios fistérricos del brazo de Neria, por la otra. Nunca tantas presentaciones de esta comarca hubo en el Ifema (Institución Ferial de Madrid) como este año. Tal vez unos para justificar su presencia independiente y los otros por hacer ver que la Xunta también quería dar cancha al rincón occidental galaico. Así, la actividad promocional fue frenética. Todo parecía que iba sobre aceite con tanto alarde y presentación desenfrenada hasta que el viernes el titular del Gobierno gallego ignoró a los seis ayuntamientos díscolos y no fue a visitar el estand propio de la Costa da Morte como había ocurrido otros años y como habían hecho en ediciones anteriores el mismo Núñez Feijoo, Fraga Iribarne y Pérez Touriño. Gesto que, sin duda, ha sido captado a la primera por los afectados. El presidente de la Xunta considera que el Fisterra ya estaba en el espacio de Fitur, pero los otros también se consideran Costa da Morte y Galicia y se sentían con derecho a la bendición de su estancia por parte del titular de la Xunta. Es muy probable que la acción de Núñez Feijoo tenga más reacciones que resultados, pues las unas ya han surgido y los otros son más que discutibles por cuanto, aunque no todos, es muy probable que los concellos que han ido por su cuenta a Fitur vuelvan en próximas ocasiones, pues si no dieron el brazo a torcer este año es muy posible que tampoco lo hagan en un futuro más o menos próximo. La política es así de retorcida, pero la lección está clara: o vuelas bajo el ala del Gobierno autonómico o no estarás abrigado cuando llueva en las ferias de turismo, sobre todo en la de Madrid.
Es evidente la necesidad de que Galicia ofrezca una imagen sólida y de unidad. No obstante, la Costa da Morte ha sido siempre la hermana pobre de esa pretendida unidad y siempre ha quedado al margen de las grandes promociones, mientras las corrientes de turistas corrían hacia otros territorios. Si en alguna ocasión se ha hecho algo importante desde el punto de vista turístico fue con el esfuerzo y la iniciativa de las gentes de la comarca. Tradicionalmente, los programas de las Administraciones para este territorio quedaron embarrancados o dilapidados en subvenciones distraídas en los oportunismos de siempre. Se necesita una nueva visión.