Las aerolíneas avanzan hacia la oferta coordinada entre Lavacolla y Alvedro

s. lorenzo SANTIAGO / LA VOZ

CARBALLO

ANGEL MANSO

Santiago centraliza los vuelos exteriores, pero tendrá 345 menos con Madrid hasta abril

22 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La lógica del mercado puede más que los cálculos políticos, y la programación de los aeropuertos de Santiago y A Coruña es una buena prueba de ello. Las recomendaciones que los técnicos de Aena dejaron sobre la mesa del fallido comité de rutas se convirtieron en papel mojado ante los intereses localistas de los alcaldes, incapaces de llegar a un acuerdo sobre una oferta coordinada de vuelos que beneficie a las tres terminales gallegas, pero han terminado por imponerse en la programación de las aerolíneas. La prueba del algodón está en una centralización cada vez más evidente de las conexiones exteriores en Lavacolla, sobre todo tras el fiasco de la pérdida del vuelo A Coruña-Lisboa, y también en el refuerzo de los enlaces con Madrid desde Alvedro en detrimento de Santiago. En la temporada de invierno que comienza el próximo sábado, A Coruña tendrá una media de 55 frecuencias semanales con Barajas, y Lavacolla, 40, es decir, 345 menos que Alvedro hasta abril.

Es la plasmación de la estrategia que aconsejó Aena para reforzar los viajes de negocios en A Coruña, dejando a Santiago los turísticos. De hecho, la potenciación de los vuelos con Barajas desde Alvedro aumentará en la nueva temporada invernal con respecto a la anterior. La terminal coruñesa mantiene los mismos enlaces (55 a la semana de media hasta finales de marzo), pero la compostelana pierde dos (de 42 pasa a 40). Y esto a pesar del refuerzo que aplicará Iberia Express, con dos enlaces semanales más desde Santiago que, además, operará con aviones de mayor capacidad. Esta es prácticamente la única novedad positiva para Lavacolla de una temporada de invierno en la que pierde servicios con Londres (Vueling) y Milán (EasyJet), y deberá conformarse con las conexiones navideñas de los chárter para maquillar su oferta internacional.

El aeropuerto de Santiago sí conservará hasta finales de marzo más conexiones con la otra urbe de referencia en el ámbito de los negocios, Barcelona, con 23 frecuencias semanales frente a las 19 del de A Coruña. Y seguirá capitalizando las conexiones con Bilbao, con 15 servicios. En el plano internacional, Ginebra y Fráncfort son las ciudades con más conexiones desde Lavacolla, con cuatro semanales cada una, seguidas de Londres, Basilea, París y Dublín, con tres.

Aena sostiene que las compañías deciden según sus estrategias

Los directores de los aeropuertos eluden posicionarse sobre la coordinación entre las terminales, un debate, esgrimen, que excede a sus competencias. Sí lo hace Aena, aunque para constatar una evidencia. «Son las compañías aéreas las que definen las rutas desde los aeropuertos en función de sus estrategias empresariales. Desde Aena ponemos a disposición de las compañías unas infraestructuras de alta calidad, modernas y que resultan cómodas para las operaciones de las compañías», argumenta el gestor aeroportuario.

Por descontado, Aena tampoco entra a analizar otros factores que también resultan decisivos para que las aerolíneas apuesten por operar o reforzar una ruta concreta. Entre ellos, el que ha demostrado ser tan efectivo como distorsionador del mercado es el de las ayudas públicas, que las compañías vienen percibiendo desde hace años en los tres aeropuertos gallegos a través de los ayuntamientos y de la Xunta, que aportó de forma desigual 15 millones entre el 2005 y el 2012, cuando prescindió de subvencionar la captación de vuelos para aplacar las disputas entre los alcaldes por su distribución. En cuanto a los concellos, pese a que los actuales gobiernos municipales cerraron el grifo, las arcas de A Coruña todavía aportan 1,4 millones para subvencionar vuelos a través de un convenio con Vueling, y las de Santiago, 850.000 euros a cambio de publicidad de la ciudad en los destinos que operan las aerolíneas desde Lavacolla.

Pero las dos urbes también han promovido en los últimos meses una estrategia novedosa para captar más vuelos. A finales de mayo, en la última reunión celebrada hasta la fecha por el comité de rutas, plantearon la creación de un fondo común de financiación con ese objetivo, una «caixa común» que nutrirían los tres concellos con aeropuertos, la Xunta y las dos diputaciones provinciales. Los concejales de Santiago y A Coruña amagaron incluso con no volver a sentarse en el comité hasta que no se concrete la aportación de más recursos para competir con Oporto. El Concello de Vigo pidió garantías antes de negociar. Fomento se limitó a recoger la idea.

Menos aviones entre Santiago y Barajas, pero con mayor capacidad o más llenos

En los vuelos regulares con Madrid el incremento progresivo del número de conexiones desde A Coruña contrasta con el hecho de que Santiago está moviendo más viajeros en esa ruta. En los nueve primeros meses del año, 506.111 usuarios han volado entre Lavacolla y Barajas, y 480.582 lo hicieron entre Alvedro y la terminal madrileña. Ese mayor movimiento de viajeros con menos vuelos significa que las aerolíneas utilizan en Santiago aviones con mayor capacidad que los que operan en A Coruña o bien que van más llenos.

Pero este balance parcial tampoco implica que ese liderazgo de Santiago en la ruta con más tráfico de los aeropuertos gallegos vaya a mantenerse al cierre de este ejercicio. De hecho, Lavacolla comenzó a perder en los últimos años la supremacía que ostentó tradicionalmente en el tráfico comercial con Madrid. En el 2014 Alvedro empezó a liderar esa ruta entre los tres aeropuertos gallegos, una posición que repitió en el 2015 y en el 2017, en este último año por tan solo 51 viajeros de diferencia.