La Costa da Morte clama por iniciativas innovadoras que rompan con el letargo

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado CEE / LA VOZ

CARBALLO

Ana Garcia

COSTA DA MORTE VACÍA: LOS RETOS | Hacen falta acciones concretas para aprovechar múltiples posibilidades existentes

15 abr 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

A la puerta de las municipales y de que se empiecen a conocer los programas de los distintos candidatos, la Costa da Morte adolece de una apatía política y social en la que las ideas innovadoras y los proyectos decididos que puedan marcar alguna diferencia brillan por su ausencia. Parece el momento propicio para exigirle a los aspirantes creatividad, compromiso y acción, más allá de quejarse de los problemas recurrentes, de la falta de iniciativa empresarial o del maltrato -todo ello cierto- por parte de otras Administraciones. Las necesidades de la comarca son infinitas y muy relevantes, con lo que estas 10 pueden servir como un sitio por donde para empezar.

1. Circunvalación

Un imperativo para Carballo y la comarca. El papel de Carballo como motor urbano y económico de la Costa da Morte está supeditado a unas necesidades de desarrollo en las que la circunvalación juega un papel fundamental. Una demanda arrastrada ya desde el 2003 no puede seguir en el cajón sin fondo de las burocracias y de falta de voluntad política real por parte de quien tiene la capacidad para impulsarla. Debería tratarse de una reivindicación unitaria no solo del municipio, sino del conjunto de la comarca.

2. Formación 

Adaptada a las necesidades. La oferta educativa de la comarca, sobre todo en lo que a formación profesional se refiere está claramente desfasada, hasta el punto de que se destinan ingentes recursos a ciclos poco atractivos para los jóvenes o que no responden para nada a las demandas actuales del mercado de trabajo. Si exceptuamos la recién creada Escola de Hostalaría de Carballo, no existe ni un solo ciclo reglado de formación relacionada con el turismo en toda la Costa da Morte, cuando todos los expertos, los datos y el propio devenir social dejan claro que debe ser un pilar económico fundamental a la hora de paliar los déficits industriales y del sector turístico. Pero es más, en una comarca eminentemente agroganadero, solo hay un centro con este tipo de formación. De calidad eso sí, pero con carácter privado. Pero peor está incluso la situación del mar, porque los interesados en entrar en la profesión con algo más que un curso de marinero-pescador tienen que desplazarse nada menos que hasta Ribeira para encontrar ciclos específicos de su sector.

3. Innovación 

Tecnología para el mar. El criadero de bivalvos de Camariñas se dejó pudrir, en acuicultura hace años que no surge ni una sola idea novedosa y para buscar un proyecto más o menos innovador hay que irse hasta Carballo donde están tratando de producir aceite Omega 3 a base de algas. El mar de la Costa da Morte precisa de un salto tecnológico que necesariamente debe venir de la mano de la investigación y, para ello, es necesario apostar por proyectos con impulso público que vayan más allá de pelearse por los recursos de siempre y quejarse porque las cuotas no alcanzan. Todos los concellos del litoral viven en mayor o menor medida del mar y deberían proteger este nicho de puestos de trabajo sostenibles que, además, tienen una gran capacidad para la redistribución social de la riqueza.

4. Seguridad

Helipuerto. Cada 15 años aproximadamente se produce una catástrofe ambiental importante en la zona y el Prestige es del 2002, con lo que cabe preguntarse qué capacidad de respuesta hay en la zona ante un accidente de ese tipo, que ojalá no se produzca nunca, pero puede llegar en cualquier momento con el corredor al lado. El helipuerto cerrado de Ruibo (Cee) ya no es solo una prueba de la insuficiencia de recursos, sino el ejemplo vivo de auténtico esperpento. Va siendo hora de asumir realidades, analizar realmente lo que pasó con él y tomar las acciones necesarias para reactivar el servicio, sea en esa ubicación o en otra que resulte verdaderamente funcional.

5. ITV. 

Apoyo empresarial. Si el polígono de Bértoa ha conseguido un impulso empresarial que en otros sitios no se da alcanzado, tampoco es cuestión de ponerle palos en las ruedas y todos los servicios que pueda alcanzar son bienvenidos, sobre todo si de ellos se derivan puestos de trabajos y facilidades para la actividad industrial, que es lo que supondría la ITV reclamada por los empresarios.

6. Canal

Un referente en el Xallas. Las pretensiones patrimonialistas de un reducido grupo de pescadores y un helecho no pueden frenar un proyecto que supondría una auténtica revolución deportiva y de atracción de visitantes como el canal de piragüismo de aguas bravas del Xallas, entre Dumbría y Mazaricos. Se trata de una zona ambientalmente degradada en la que se permitieron embalses, centrales y otras actuaciones mucho más invasivas. Habrá que buscar la manera de que resulte sostenible, respetuoso con el medio y que conjugue todas las sensibilidades. Quedarse parados ante el primer contratiempo o reticencias infundadas parece una excusa de mal pagador, ante lo que podría convertirse en una fuente de riqueza que va mucho más allá del ámbito deportivo.

7. Rectorales

Recuperar para vivir. El catálogo de patrimonio desaprovechado en la Costa da Morte resulta prácticamente infinito, pero hay un caso especialmente sangrante, el de las casas rectorales, de las que solo se habla en momento muy puntuales como ahora que Hispania Nostra ha puesto en su lista roja la de Corcoesto por el estado de degradación que presenta. Se trata, generalmente, de los inmuebles con mayor valor en cuanto a arquitectura popular con el que cuentan la mayoría de las parroquias. Aún siendo propiedad de la Iglesia se levantaron gracias al esfuerzo colectivo de las comunidades locales a lo largo de cientos de años, con lo que va siendo hora que reviertan en beneficio de la sociedad. Las posibilidades son múltiples: desde el alquiler turístico hasta la atención a mayores. Ocurre lo mismo con multitud de aldeas prácticamente abandonados que urge devolver al circuito de la vida antes de que se pierdan por completo.

8. Marca de Calidad 

La Costa da Morte vende. La relevancia mediática que ganó la Costa da Morte con el Camino y con el accidente del Prestige le ha servido para convertirse en una marca conocida en el mundo, sin que se haya hecho prácticamente nada al respecto. Se trata poco menos de un regalo con muchas y variadas formas de aprovecharlo. Podría convertirse en el paraguas de imagen para los productos del mar, los agroalimentarios o artesanías tan únicas como el Encaixe de Camariñas o la Olería de Buño. Hay una iniciativa en marcha por parte del GDR, que debería estar situada en la proa de otro rosario de ellas y de la que, sin embargo, apenas se habla para verla como una cuestión estratégica para toda la comarca.

9. Naufragios

Un vuelco etnográfico. Resulta difícil de explicar que una zona que recibe su nombre de las tragedias marítimas y que está situada en el nudo fundamental de una de las rutas de navegación principales del mundo -no ahora, sino a lo largo de la historia- no tenga ni un solo centro dedicado a los naufragios, la arqueología subacuática y el ingente patrimonio que alberga a este respecto. Por recursos podría destacar como una referencia alrededor del globo en algo que verdaderamente se puede distinguir, pero no se hace. Y no es el único campo. Una red de pequeños museos etnográficos sacarían a la luz multitud de bienes olvidados y serían la gasolina para alimentar el motor de la prolongación de las estancias turísticas, de las que tanto se habla. Actuaciones arqueológicas como la del Castro das Barreiras en Vimianzo o como la de Moraime son todavía gotas de agua en el océano.

10. Experiencias 

Venta de productos turísticos. El fútbol de la Costa cuenta con una oficina de representación propia en la zona y, sin embargo, el turismo carece de algo parecido. Bien es cierto que hay proyectos turísticos públicos y privados en marcha, pero se observa una atomización y falta de estrategia que no acaba de corregirse. En todos los foros se habla de que a los visitantes hay que venderle experiencias, productos de calidad más allá de un bonito paisaje y una excelente gastronomía. Quizás falte un impulso centralizado en ese sentido que acabe con los reinos de taifas construidos a base de intereses locales cortoplacistas, que ponen en riesgo el futuro.