Retrotraer Baldaio a la situación original de principios del siglo pasado requeriría volver a aportar lo sustraído, a mediados del siglo pasado, por la empresa extractora de áridos.
Solo así, devolviendo solidez a la costa con aportes de arena, se conseguiría recuperar el medio y estabilizar la zona. Pero eso, evidentemente, es demasiado complejo y costoso y no lo van a hacer ni quien causó el daño ni quien lo permitió.
En consecuencia, lo mas lógico para resolver el tema rápidamente es que se permita al mar entrar en la laguna, ampliando si fuera preciso, la salida de las aguas de los ríos que confluyen en la laguna. Esto produciría sin duda inicialmente una merma en la longitud de la playa de unos 200 metros y una invasión del mar hacia el interior de la antigua marisma.
El mar primero empujaría la arena hacia el interior de la laguna de Baldaio (lo está haciendo ahora a través del boquete abierto por Costas), que luego se consolidaría como una playa bordeando el interior de la laguna y aumentando la playa en, más o menos, medio kilómetro.
Esta acción, además, permitiría el drenaje del agua que entra en la laguna desde el continente y sería el mar el que establecería el nuevo diseño de la costa en las zonas situadas al sur de Pedra do Sal. Pero, lógicamente, esto tampoco se va a hacer.
La Administración (Demarcación de Costas) es demasiado tímida en ocasiones. Se optará entonces por reforzar con una escollera el extremo del puente que da a la playa, que se recubrirá con arena para disimularlo visualmente.
Los efectos directos
Con esta solución disminuirá el nivel del agua que afecta a las construcciones ilegales, construidas legalmente, en la zona del camping y aledaños; los mariscadores podrán mariscar, y los ornitólogos mirar las aves en la laguna. Y los veraneantes, pasar a la playa.