Maite Rojo, ultrafondista: «Para mí, este tipo de pruebas son el reto, el desafío, no solo el deporte»

Santiago Garrido Rial
s. g. rial REDACCIÓN / LA VOZ

CARBALLO

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La atleta de Malpica acaba de completar las 24 horas de Barcelona, donde fue la primera en la categoría femenina, quinta en la general y tercera mejor marca en España. Antes destacó en Nueva Zelanda

08 abr 2022 . Actualizado a las 23:31 h.

Maite Rojo Garrido (Malpica, 48 años), capitana de barco de profesión, viajera constante por los mares todo el planeta, también hace travesías de récord sobre las pistas y montañas como ultrafondista que es. Hace unos días, a mediados de diciembre, participó en las 24 horas de ultrafondo en pista en Barcelona: hizo 216,9 kilómetros. Una marca espectacular que la colocó en primer lugar en la clasificación femenina, quinta en la absoluta y tercera mejor marca de la historia en España. Fueron diez kilómetros más que los logrados el año anterior, en noviembre, en otras 24 horas, en este caso en Auckland (Nueva Zelanda).

Como su tiempo laboral lo pasa sobre el océano, parece algo incompatible con los entrenamientos. Es algo que viene de atrás, un largo camino. «Yo ya hacía deporte de joven. Entre los 13 y los 19 años corría medio fondo, los 1.500 y los 3.000 metros. El atletismo siempre lo he tenido ahí», explica.

Más tarde comenzó con las medias maratones y las completas, pero poco a poco. «Llegaba con poco entrenamiento, porque en el verano era cuando más trabajaba, especialmente con trayectos por el Mediterráneo. Cuando otros tenían sus vacaciones, a mí me tocaba trabajar. Yo empecé de tripulante, después de patrón, y finalmente, capitán, y ahí logré algo más de tiempo», explica. Aprovechaba cuando el barco llegaba a un puerto y se quedaba en la marina unos días. Sacaba tiempo para entrenar, pero no le da épica, porque dice que «como todo el mundo lo busca, gente con familia e hijos, que sale a las 5 de la mañana a correr, o que lo hace por la noche, cuando regresa a casa. En definitiva, cada uno entrena cuando puede».

Pero el ultrafondo son palabras mayores. Si ya lo son las maratones, esto, mucho más. De los nueve o diez años que lleva dedicada al fondo, las largas distancias le han ocupado más o menos la última mitad. Además, le coincidió con trabajos temporales, de irse un tiempo a su destino y volver a casa, así que ha ido sacando horas como ha podido.

Pero, por mucho que se entrene, no es fácil. «Esto sale a base de mucho esfuerzo. No se puede saltar de una maratón o unos cien kilómetros a esto. Antes, por ejemplo, se pasaba del maratón a los cien kilómetros de una mítica de Santander, y después, más pruebas. Vas sumando carreras de montaña, trails de cincuenta, doce horas, kilómetros, más kilómetros... Hay que irse preparando poco a poco. Yo, que he hecho mucho deporte, no di el salto de un día para otro a las 24 horas. Es una progresión, hay que entrenar mucho, no es una cosa de milagros», resume Maite.

Nueva Zelanda fue una gran experiencia, pero muy dura. «La cabeza me decía que tenía que parar, me salieron ampollas y tuve que detenerme para las curas, y eso que quitó tiempo y kilómetros», recuerda. En Barcelona tuvo problemas con una rodilla, pero le fue mejor, y sobre todo consiguió entrar de manera directa para el mítico Spartathlon de Grecia, que correrá en septiembre.

Son pruebas tan exigentes y exclusivas que siempre hay quién le pregunta cómo hace eso. «Quienes me lo preguntan no me conocen muy bien. Para mí, este tipo de pruebas son el reto, el desafío, no solo el deporte. Buscar un poco más, tu límite, saber a dónde puedes llegar», asegura. Algunos descansan un rato, pero son los menos. Lo máximo de parada suele ser para ir al baño-

La edad ayuda, asegura. «Tienes la cabeza más asentada, en este y en otros deportes. En Barcelona, el que quedó en segundo lugar tiene 56 años, hizo más de 250 kilómetros. Los mejores ultrafondistas no son los más jóvenes».