Adiós a la cafetería Express de Cee tras 63 años de trabajo ininterrumpido
CARBALLO
«Eu non tiven clientes, tiven amigos», apuntaba ayer Chelo, que en 1985 relevó a su madre al frente del negocio
23 may 2023 . Actualizado a las 18:04 h.«Llegó el momento de compartir con vosotros que a partir de hoy las puertas del Express se cierran. Muchas gracias por todos los momentos vividos». Con este sencillo mensaje a través de las redes sociales se despidió el miércoles Chelo Leis de la clientela que durante decenios la acompañó en esta mítica cafetería de Cee. No quiso hacer un gran anuncio ni contarlo con antelación porque, asegura, le habría podido la emoción del momento. «Aos clientes de sempre, e mesmo á familia, funlles contando que pecharía máis pronto que tarde, pero non dei unha fecha concreta. Hoxe [por onte], xa co bar pechado, recibín moitas chamadas e mensaxes», relata Chelo.
Fueron sus padres, José y Consuelo, quienes fundaron el Express 1960 cuando volvieron de Venezuela, tras unos años emigrados. «Eles sempre tiveron claro que querían volver, e así o fixeron cando puideron. Mercaron, montaron o negocio, e ao cabo dun tempo xa o collemos eu e o meu marido», rememora Chelo.
O café da praza, O bar de abaixo... El Express tuvo muchos sobrenombres, pero una única familia al frente durante sus 63 años de actividad ininterrumpida. Y lo de ininterrumpida es literal: «Nunca pechamos nin tivemos un día de descanso ou unhas vacacións», señala la mujer, agradecida por el cariño recibido estos días. «El Express siempre será mucho más que un bar. Nadie se sentía solo cuando estaba allí», «El Express forma parte de la historia de varias generaciones de ceenses», «La plaza se queda, sin duda, huérfana» o «No imagino el pueblo con el Express cerrado» son algunos de los mensajes que fue recibiendo a lo largo del día, tras anunciar el cierre. Ahora, como todos sus clientes y amigos le recuerdan, es el momento de disfrutar. De vivir.
Chelo, viuda desde hace algo más de un año, tiene dos hijos y una nieta, y a ellos dedicará ahora buena parte de su tiempo. «Por fin poderemos estar todos xuntos e gozar dunhas festas. Pode parecer unha tontería, pero os meus fillos non saben o que é ir a unha festa da Xunqueira, co que iso supón para un ceense. Sempre estiveron comigo ao pé do canón, axudando no bar. Destas pequenas cousas, do que importan, dáste conta despois», apunta la hostelera, que todavía no ha planeado al detalle lo que hará ahora que se ha retirado, ni si alquilará el bar. «Por agora quero adaptarme a esta nova vida, e logo xa veremos», indica.
Echando la vista atrás, Chelo se queda con la familiaridad que siempre se respiró en el Express. Ella misma asegura que no tuvo clientes, sino «amigos», y que después de tanto tiempo ya fueron varias generaciones las que cruzaron la puerta del café. «Houbo confidencias, risas, choros... Unha gran familia», concluye.
De ahí que ayer, en Cee, prácticamente no se hablase de otra cosa. Uno de los mensajes más conmovedores vino de Edu García Leal, de la Peña Madridista A Marea Blanca: «Mirando o Facebook encollíaseme un pouco o peito ao ler a publicación [de Chelo]. Cantas historias e momentos felices. [...] Cantos vermús e cañas na Xunqueira, cantos callos de Pepe os domingos, o nacemento da peña, os aniversarios, as churrascadas, partidos de fútbol co mando da tele no meu poder... [...] Entrar no Express non era entrar nun bar calquera, era como entrar na miña casa. Esa confianza conseguida ao longo de todo este tempo chegou a converterse en algo máis, nunha bonita e boa amizade. [...] Dende hoxe, co peche do Express vaise un anaco da historia de Cee en xeral, e de moita xente en particular».