Un caladero de pesca levantó edificios en Muxía

Cristina Viu Gomila
Cristina Viu CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

Una vista de Muxía tomada en 1966. Así estaba la zona de A Camposa
Una vista de Muxía tomada en 1966. Así estaba la zona de A Camposa Archivo de Xesús Búa

Cómo cambió tu pueblo | El descubrimiento del Canto o Cantil disparó el desarrollo urbano

22 ene 2024 . Actualizado a las 08:41 h.

«A pesca empeza a ser un valor a mediados dos 60. Recordo que a partir do ano 65 ou 66 empezaron a cambiar os prezos dos peixes». El profesor de la Universidade de Vigo y crítico de arte Antón Castro recuerda aquel tiempo en el que Muxía comenzó una transformación que no había de ser del todo positiva. En 1968 se produce el descubrimiento del Canto o Cantil y arranca el desarrollo urbanístico de una localidad que hasta ese momento se había mantenido contenida detrás del monte Corpiño.

La zona de A Camposa no estaba todavía urbanizada como pasa ahora y era la zona más llana, donde había tierras de cultivo, pero también el campo de fútbol. Ha sido por esa área por donde Muxía de ha desarrollado urbanísticamente, aunque lo ha hecho de forma completamente desordenada.

Antón Castro considera que su villa es un paradigma de lo que ocurrió con muchos otros pueblos costeros de la zona. Fue a finales de los 60 y principios de los 70 cuando se fueron construyendo edificios de varias alturas. «Foi terrible, tiráronse os exemplos de arquitectura nobre de pedra», explica.

Curiosamente, para los muxiáns fue un gran momento. La posguerra fue muy difícil en la localidad, sobre todo porque su principal riqueza, que estaba en el mar, no aportaba dinero. «O peixe, produto básico da economía muxiá, case non tiña valor comercial», señalan Xan Fernández Carrera y Xosé Enrique Rivadulla en la guía que escribieron a principios de los años 90.

También era importante la industria del congrio, que se vendía muy bien en Cataluña y Castilla. En el 2022 desapareció para siempre la actividad. Se trataba del único secadero tradicional que quedaba en Galicia.

El edificio de servicios múltiples de A Camposa
El edificio de servicios múltiples de A Camposa

En la zona de A Camposa también se levantan los principales edificios de servicios. Se construye el colegio que es ahora el instituto Ramón Caamaño, en honor al ilustre fotógrafo. También se levanta en la zona el cuartel de la Guardia Civil y otras construcciones.

En esa área se encontraban asimismo las viviendas de los maestros, que se mantuvieron hasta principios de este siglo. Fueron derribadas para levantar un edificio de servicios múltiples que también debía servir de mercado, aunque finalmente no se llegó a habilitar como plaza de abastos. Fue un proyecto complicado desde el principio.

El desarrollo de la pesca provocó un progreso económico espectacular, pero este desarrollo no fue acompañado de los servicios comunitarios, según aseguran Xan Fernández Carrera y Xosé Enrique Rivadulla. Hubo que esperar hasta los años 80 para que hubiera mejoras como la lonja, el puerto, la automatización de los teléfonos o la construcción de centros escolares.

Paseo marítimo y de O Coído

El desarrollo de Muxía en la zona costera ha sido también espectacular. En los años 80 es cuando se construye el actual dique y se da forma al puerto que cambiará también con la construcción del paseo marítimo, que hace desaparecer la playa que había en la zona. La transformación culmina en el 2004, con la nueva lonja y la adecuación del entorno portuario.

Otro cambio importante fue el paseo que lleva al santuario de A Barca, que ha sufrido no pocos avatares en los últimos años. El incendio ocurrido hace diez años, cuando cayó un rayo el día de Navidad, fue la culminación de todos ellos, pero antes, la tradicional romería ya sufrió con la rotura de la Pedra de Abalar. Los intentos de recuperarla fueron todos fallidos y el trozo desgajado está a los pies del templo.

Sin embargo, se han realizado otras acciones para no perder la esencia de Muxía, como la recuperación del camino y de la propia Fonte da Pel, en la que se lavaban los peregrinos. La construcción del paseo de O Coído, que en el 66 era un simple camino, fue otro cambio importante y allí se recuerda la catástrofe del Prestige, que impulsó cambios en la localidad por la presencia de miles de voluntarios de toda España.