El nuevo cierre de la laguna de Baldaio pone en peligro su recuperación

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

Ana García

Los mariscadores alertan de que la mortalidad de los bivalvos puede agravarse por las abundantes lluvias y la falta de aporte marino

13 mar 2024 . Actualizado a las 20:44 h.

La laguna de Baldaio, en Carballo, está de nuevo cerrada al mar. No como las últimas veces, en el tramo final del río o canal, el que conecta directamente con el mar desde el puente grande, sino justo un tramo antes, el que hay entre ese puente y el más pequeño de las compuertas. Pero es casi indiferente, porque la consecuencia es la misma: el flujo mareal ha desaparecido (o se ha minimizado hasta el extremo), y por lo tanto están cambiando las condiciones de la laguna.

El cierre se debe a lo de siempre: la dinámica litoral, oscilantes con las mareas (sobre todo, las vivas); el viento, los temporales, las propias características de esta zona dunar, con arena que no para de ir y venir. A veces la laguna se abre y cierra en pocos días, en jornadas de muchas tormentas, pero no está siendo el caso. Hace unas dos semanas, el extremo de la duna grande, la que hay justo al pasar el primer puente, se fue desplazando hacia el sur y taponó esta estrecha entrada, y la situación se ha agravado.

ANA GARCÍA

Al mismo, tiempo, el aporte de agua dulce en este tiempo ha sido enorme. Los diversos regatos que confluyen en la marisma llegan a tope, y la propia lluvia ha sido incesante. En conclusión, el ecosistema se ve privado del agua marina para mantener el equilibrio del pequeño hábitat. Y los primeros que sufren esas carencias son los bivalvos, almejas y berberechos que son el sustento de la agrupación de mariscadores local. La entidad ha mermado mucho con el tiempo, ahora son solo ocho integrantes. No van a trabajar desde agosto, cuando se produjo el último gran cierre del canal, con obras de varios días para reabrirlo, solución aparentemente efectiva, pese a las conocidas experiencias anteriores. Ya entonces se temió por la muerte de gran cantidad de marisco: faltaba el agua del mar igualmente, pero aunque no llovía, el calor hizo de las suyas.

  

Muchos meses sin trabajar

Por eso los mariscadores se acogieron después al cese temporal de actividad, en el que aún están inmersos, hasta principios de julio. De hecho, Baldaio quedó vedado seis meses en los actuales planes de Mar, que entraron en vigor en enero. Casi un año debería ser tiempo de sobra para regenerar, si además se incluyen los trabajos de siembra. Pero si siguen así las cosas, las perspectivas para el arranque del verano no son halagüeñas. Por eso desde la agrupación de mariscadores reclama que se analice el problema y se tomen otras medidas. Tal vez actuar directamente justo al acabar los temporales, sin tener que esperar a que los accesos estén bloqueados, más como medidas regulares y preventivas que tener que actuar cuando ya han pasado muchos días con el agua bloqueada y con mayor acumulación de arena. Es una propuesta. «Algo haberá que facer, porque se non o marisco morrerá todo», advierte el presidente de la entidad.

Además de esa veda de seis meses aprobada por la Xunta para Baldaio, el calendario de extracción (si todo va bien, claro) se ha reducido a la mitad. Serán solo veinte jornadas las que podrán trabajar todo el año las ocho personas que tienen el carné. Se ha reducido el cupo de almeja fina y triplicado el de japónica, que pasa a 15 kilos, en tanto que se mantienen los 30 de berberecho y los 15 de longueirón vello, indica la orden autonómica. De otro lado, se realizarán siembras para recuperar los bancos y los mariscadores podrán pedir autorización para trabajar determinados festivos, aunque deberán también ocuparse de mantener controlado su recurso.