Un joven de Cee con Asperger y trastorno de hiperactividad estudiará inteligencia artificial en la Universidad de Santiago

Chelsea S. G.B. / X. A. CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

Ángel Boullosa acaba de ser admitido en el nuevo grado de Ingeniería en IA de la USC

16 jul 2024 . Actualizado a las 19:15 h.

Ángel es un joven de 18 años diagnosticado con TEA1 (antiguo síndrome de Asperger) y TDAH con un 40% de discapacidad reconocida, que acaba de lograr uno de sus sueños: ingresar en la carrera de Ingeniería de Inteligencia Artificial en la Universidad de Santiago de Compostela. Su madre, Cristina Papín, que lo acompañó en su lucha, fue testigo de este emocionante y desafiante camino que vivieron Ángel y su familia para llegar hasta aquí.

Él está muy contento por haber sido admitido en la universidad y en especial en este grado que se implantó recientemente porque tuvo claro desde un principio que quería estudiar Inteligencia Artificial, con la USC como primera opción, «Las asignaturas son casi todas Matemáticas y Programación, dos áreas en las que Ángel se siente muy cómodo», explica Cristina. El joven cursó el bachiller científico-tecnológico, escogiendo las Matemáticas más avanzadas, y este año tuvo su primer contacto con la Programación en la asignatura de Tecnología.

Aunque Ángel tiene una base en las dos materias, su trayectoria educativa no ha sido fácil. «El sistema educativo no está demasiado preparado para niños con necesidades educativas específicas», comenta su madre. Ángel ha enfrentado el reto adicional de tener TDAH, lo que requiere medicación para poder concentrarse.

Durante el bachillerato, tuvo que luchar contra la ansiedad y el estrés, especialmente en su último año. «Solo hablaban de la ABAU y eso lo estresaba», recuerda su madre. A pesar de estos momentos de crisis, Ángel logró superar las pruebas con éxito. «Hizo la ABAU con un 40% de discapacidad y solo con media hora adicional de tiempo, que ni siquiera necesitó», añade. Su problema, cuenta Cristina, no es el tiempo, sino el cómo puede estar planteado un enunciado, por ejemplo, en una pregunta abierta, muy genérica, le supone un abanico de posibilidades, necesita que sea más concreto.

El entorno y el apoyo familiar han sido cruciales para Ángel. Su madre ha estado siempre a su lado, luchando por sus derechos y brindándole el soporte necesario. «El proceso es complicado, yo no recuerdo años que no tuviera que estar luchando con profesores y directoras, me encontré con muchas barreras. Y él también.» Ángel cuenta con el apoyo emocional de dos galgos adoptados que le ayudan a manejar la ansiedad. El contacto físico es un tema complicado, pero con los animales se siente tranquilo.

La familia está ahora enfocada en asegurar una plaza en una residencia adecuada en Santiago, preferiblemente en el Colegio Mayor Fonseca, que ofrece un cupo para personas con discapacidad. Santiago le gusta porque dentro del campus está todo, lo que le da seguridad y facilita su movilidad al poder tener una ruta fija. Ángel ha mostrado una notable capacidad para superar barreras y su ingreso en la universidad es una prueba de ello. Su lucha puede ser la de muchos y su madre lanza un mensaje de esperanza para otras familias que se vean en la misma situación: «Hay que luchar por los derechos de nuestros hijos. Si tienen un sueño, debemos apoyarlos para que lo alcancen, respetando sus ritmos y necesidades». Denuncia, eso sí, que la falta de implicación de las administraciones se nota en detalles como la casilla del propio Nerta, la plataforma de la Xunta que gestiona el acceso a las universidades, donde aparece el concepto personas discapacitadas, cuando lo correcto sería hablar de personas con discapacidad.

Ahora tiene por delante un nuevo camino lleno de cambios y adaptación. Ángel está listo para esta nueva etapa, con la esperanza de que la universidad sea un lugar de comprensión y apoyo. La familia confía en que la comunidad académica reconozca las capacidades únicas de estudiantes como él y les brinden el soporte necesario para que puedan alcanzar su máximo potencial.