Cuarenta años del Hortensia, ciclón por el que Carballo pidió ser zona catastrófica
CARBALLO
El viento se llevó el tejado de la iglesia de Soandres y tiró la torre en la de Riobó
04 oct 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Hay muchos nombres que van quedando para siempre en la memoria colectiva, casi siempre asociados a catástrofes. Del Prestige al Cason, pero también el Gordo de la Navidad de Carballo. O el Hortensia, aquel ciclón del que hoy se cumplen cuarenta años (1984). En realidad, entre ayer y hoy, porque durante la noche tuvo mucha actividad, arrasando árboles, tejados, cosechas, infraestructuras... Y eso que la Costa da Morte fue de las comarcas menos afectadas de Galicia (en algunas fue casi un caos), pero también sufrió lo suyo, a mayores de cortarse los teléfonos o la electricidad o de suspenderse las clases y el transporte. El párroco de Soandres, Manuel Mallo, recordaba ayer que el temporal se llevó el tejado de la iglesia, además de causar algún desperfecto en el interior y en los árboles. No era muy bueno, y como no hay mal que por bien no venga, Patrimonio ayudó a instalar uno más acorde y más seguro.
En Carballo, los desperfectos fueron notables, tanto como para celebrar un pleno extraordinario, el 5 de octubre, y pedir la declaración de zona catastrófica. Esa sesión se hizo a la luz de un petromás, pues aún no se había podido restablece el suministro eléctrico. Protección Civil reunió mantas, pero fueron enviadas a lugares en los que eran necesarias, como Padrón. En Carballo sufrió daños de importancia el ciprés que acabaría en el suelo en diciembre del 2015 por una ráfaga nocturna mucho menor, un árbol que ya formaba parte de la historia de Carballo y cuya madera ha dado para muchas esculturas. También dañó otro ciprés al lado de la iglesia de Entrecruces, que ya no existe. Y causó heridas a un feriante de A Coruña que estaba en la feria de Carballo, al que le cayó encima parte de un muro en la calle Calvo Sotelo, la Concepción Arenal desde 1991.
El Hortensia se llevó muchos pinos del entorno de Balarés. Varias granjas sufrieron desperfectos, y en una de Pazos, en Ponteceso, fueron valorados en 15 millones de pesetas (90.000 euros). Numerosos colegios tuvieron desperfectos. Se perdieron cosechas de maíz. El alcantarillado de Corme quedó deteriorado. Meses después, en abril de 1985, se anunciaba que los postes telegráficos entre Carballo y Fisterra serían suprimidos definitivamente, pues ya estaba inactivo por los efectos del ciclón. Fue el momento de decir adiós a unos postes que formaban parte del paisaje de la carretera comarcal.
Una parte de la torre de la iglesia de San Martiño de Riobó, en Cabana, se desplomó, lo mismo que otra de la capilla de O Briño, en Borneiro, y una parte de los árboles de su entorno.
Fue aquel ciclón algo que puso más miedo antes que durante y después. El escritor Suso Bahamonde, coruñés afincado en Cee, lo recordaba en un artículo en La Voz: «Achegábase irremediablemente un ciclón, de nome Hortensia, que, segundo as autoridades competentes da época, ía rematar co mundo que coñecíamos ou algo peor. A histeria colectiva estaba xa disposta enriba da mesa». Y el recuerdo perdura: «Eu quedei durmido coa cabeza enriba do peito do meu pai sen apenas decatarme de que fóra, o ciclón desfacía a cidade e que ao día seguinte todo continuaría igual. Niso se traduce a histeria e o caos para un neno de 6 anos. Niso se traduciu o Hortensia para min: nunha calor familiar que xa nunca volverá. Como ese vento, que pasou pola cidade en 1984 e levou, sen tan sequera sabelo, unha parte da miña infancia».