Una potente tormenta solar deja auroras boreales en Galicia

La Voz REDACCIÓN

CARBALLO

La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) había alertado de una severa tormenta geomagnética, que ha permitido ver este espectáculo lumínico en latitudes bajas

11 oct 2024 . Actualizado a las 11:07 h.

El sol está registrando en esta primera quincena de octubre varias potentes erupciones que están dejando ver imágenes insólitas en el cielo, auroras boreales que han sido visibles por todo el planeta, y también en Galicia. El pasado 1 de octubre, el astro registró la segunda erupción más potente del presente ciclo solar en once años, que comenzó en el 2019. Según Spaceweather.com, esta eyección de masa coronal solo queda por detrás de la enorme llamarada X 8,7 del 14 de mayo, en un contexto de actividad solar creciente cuyo punto álgido se producirá en el 2025. Estos fenómenos provocan que las auroras boreales sean visibles en latitudes bajas.

Cuando ocurren estas tormentas, el campo magnético de la Tierra sufre una sacudida que puede afectar no solo a las auroras, sino también a los sistemas de navegación, las redes eléctricas e incluso las comunicaciones por satélite. Cuanto más poderosa sea la tormenta, mayor será el número en la escala de tormentas geomagnéticas y más dramáticos serán los efectos.

La pasada noche, este fenómeno fue perfectamente visible en la Costa da Morte: desde el Cabo de San Adrián, con las Islas Sisargas al fondo, se pudo captar además una estrella fugaz, perteneciente a las Dracónidas, lluvia de meteoros que es visible en el hemisferio norte estos días; aunque su momento de mayor esplendor fue el pasado martes, ese día no pudieron verse en Galicia debido a las nubes.

 Tormenta geomagnética de mayo

Precisamente, el pasado mayo se dieron también las condiciones geomagnéticas que propiciaron el tintado rosáceo de los cielos en lugares no tan habituales, como pueden ser los países nórdicos. Entre los días 10 y 12 de más, la tormenta geomagnética más poderosa que experimentó la Tierra en más de dos décadas propició el mayor episodio de auroras boreales desde la Guerra Civil.

Este episodio fue el resultado de al menos cinco tormentas solares que golpearon de manera simultanea al planeta Tierra, todas originadas en una mancha solar conocida como región activa 3664 (también llamada AR3664 y AR13664). Esta mancha oscura en el Sol es de un tamaño quince veces mayor a la Tierra, según recoge el portal Live Science.

Se dio la coincidencia además de que las tormentas solares registradas entre el 10 y el 12 de mayo ocurrieron poco después de la luna nueva, lo que facilitó la visión de las auroras, incluso de aquellas más débiles.

Las auroras se producen cuando las partículas procedentes del Sol son atraídas por el campo magnético de la Tierra que por su diseño natural desplaza esas partículas hacia los polos. Cuando interactúan con los átomos y moléculas de la atmósfera se genera una energía que se traduce en luz y que puede verse desde el suelo.

Pueden adquirir varios colores en función de las propiedades y la altura. Esta pasada madrugada en Galicia se vieron sobre de color rojo. Esto se debe principalmente a átomos de oxígeno que son excitados en niveles muy altos de la atmósfera, por encima de los 300 kilómetros, al entrar en contacto con partículas muy energéticas.