La Policía Nacional y Aduanas vinculan a este grupo con la compra de droga en otras partes de España para su posterior distribución en la provincia de A Coruña
24 oct 2024 . Actualizado a las 13:22 h.Agentes de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de A Coruña, Grupo de Respuesta Especial para el Crimen Organizado (Greco) —ambos de la Policía Nacional— y del Servicio de Vigilancia Aduanera llevaron a cabo en la madrugada y en la mañana de este miércoles un amplio operativo contra el tráfico de estupefacientes a mediana escala en A Illa de Arousa y Carballo. Hubo registros domiciliarios en la comarca de O Salnés, así como en pisos, bajos y viviendas unifamiliares de la capital de Bergantiños y en la parroquia de Cereo, en el vecino municipio de Coristanco.
Son al menos cinco los arrestados, todos ellos investigados por un delito de tráfico de estupefacientes. La operación continúa abierta y entre las fuerzas de seguridad no se descartan nuevas detenciones en relación con estos hechos. Los detenidos fueron trasladados en vehículos camuflados hasta la sede central de la Policía Nacional en A Coruña, a la espera de que pasen a disposición judicial en las próximas horas.
Fue una operación ejecutada de manera simultánea en cuatro puntos de Carballo, un quinto localizado en Coristanco y un sexto en una vivienda unifamiliar de A Illa. Arrancó en plena madrugada con la presencia de varios furgones de la Unidad de Intervención Policial con agentes pertrechados con ametralladoras y chalecos antibalas, acompañados de vehículos camuflados y agentes de paisano con los rostros cubiertos con pasamontañas. También participó personal del Servicio de Vigilancia Aduanera, quienes se desplazaron hasta Carballo en coches con las matrículas tapadas con pegatinas y los membretes de la Agencia Tributaria. Estos dispositivos se desarrollaron hasta el mediodía, lo que provocó una gran expectación en los lugares en los que se desarrollaron.
El primer punto escogido fue una casa de A Illa, propiedad de un hombre de 35 años, que, finalmente, no fue arrestado. Sí hubo detenciones en Carballo. En un cuarto piso de la céntrica avenida de Fisterra, los agentes detuvieron a un vecino de la localidad, F.A.V. Hubo registros en su domicilio y en un bajo del mismo inmueble. Incluso desde la calle se escuchaban los golpes con martillos contra una pared de la parte baja del edificio. Minutos después salió un hombre esposado y escoltado por varios policías, quienes lo introdujeron en un vehículo, mientras los compañeros, acompañados por un representante de la autoridad judicial, portaban una caja con documentación obtenida en este registro. Un hermano de F.A.V., de nombre A.A.V, también fue acompañado hasta dependencias policiales, según confirmó a La Voz una persona allegada a la familia. Desde el entorno familiar señalaron en la mañana de este jueves a La Voz que F.A.V. no estaba procesado en esta causa.
Uno de los operativos más espectaculares de la jornada se efectuó en la carretera que une Carballo con Cerceda, a la altura del lugar carballés de Tarambollo. Un vehículo con un único ocupante fue interceptado por un coche de camuflaje de la Policía Nacional que estaba atravesado en el vial, según un testigo. Varios agentes detuvieron a este hombre que, supuestamente, se dirigía a Carballo procedente de O Salnés.
Otro arresto se produjo en la vecina parroquia carballesa de Sofán, donde un grupo de policías detuvieron a David F.L., un carballés de 37 años, quien precisamente ayer tenía que testificar en los juzgados de Carballo en relación con otra causa. Finalmente, su declaración fue anulada debido a este arresto. Los otros dos investigados en este procedimiento son un hombre, M.I. y una mujer, M.E.S.I., ambos vinculados al tráfico de estupefacientes.
Las primeras hipótesis apuntan a un tráfico de sustancias estupefacientes a mediana escala, principalmente cocaína, que los investigados habrían adquirido en diferentes partes de España para su posterior comercialización en la provincia de A Coruña. Esta mercancía llegaría a España a través de los puertos de Barcelona, Valencia o Algeciras.
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A estas cinco personas se les relaciona con el papel de intermediarios, paqueteros en el argot del narcotráfico, por trabajar con paquetes de droga de un kilo de peso. Esta sustancia se divide y se distribuye a través de camellos de un perfil mucho más bajo para su posterior venta, al por menor, entre los consumidores finales. Un kilo de cocaína tiene un precio aproximado en el mercado negro de entre 23.000 y 26.000 euros.
Por otra parte, la imagen que publica La Voz este jueves, día 24 de octubre, en la página 10 en la sección Galicia se corresponde con A.A.V. y no con F.A.V., su hermano gemelo.