Me contaron hace ya muchos años que Eulogio Gómez-Franqueira, el impulsor de Coren, había hecho su fortuna y formado su gran empresa porque leía el Boletín Oficial del Estado. Al parecer, el hombre se había encontrado con un concurso para abastecer de huevos las bases militares americanas en territorio español. Se presentó el de Ourense y puso todas las gallinas a las que tuvo acceso a producir para los desayunos de los soldados y los oficiales. Ni siquiera me he planteado si la historia es cierta o solo tiene parte de verdad, porque lo que sí se puede asegurar es que estar al tanto de todo lo que la Administración publica puede ofrecer grandes ganancias. Se han hecho grandes fortunas con ello.
La Deputación convocó este verano una orden de subvenciones para que empresas de restauración renovaran o ampliaran elementos del servicio de mesa u ornamentales, con ayudas de hasta el 80 % con un importe máximo de 8.000 euros. La condición era estar en uno de los concellos del programa Fogóns do Anllóns y que las nuevas adquisiciones fueran producidas en un taller artesano registrado. Había previsto 200.000 euros, pero solo hubo una solicitud.
Probablemente un hombre como Eulogio Gómez-Franqueira no hubiera dejado escapar una ocasión que beneficiaba a dos de las patas que sostienen la Costa da Morte, que son el turismo y la artesanía. No es nada nuevo que casan bien, pero si la conjunción se hace con dinero público mejor que mejor. Al final habrá que devolver dinero de Next Generation y todo porque no encontramos en qué gastarlo. Eso ya lo hemos visto antes.