![La centenaria funeraria Costa, de Baio, tiene amplia experiencia de traslados internacionales de ida o vuelta, al igual que otras empresas del sector de la zona](https://img.lavdg.com/sc/zgBwn6BAUQUS4Y0ObjWq9YYN0qM=/480x/2024/10/31/00121730399221960745520/Foto/C15Y8006.jpg)
Especial de Difuntos | Las funerarias de la zona acometen sepelios de extranjeros y repatriaciones, pero pocas en relación al trabajo habitual
01 nov 2024 . Actualizado a las 13:42 h.Dada la elevada emigración de la Costa da Morte, traer cadáveres del extranjero para ser enterrados en su parroquia natal es algo relativamente frecuente, desde siempre. Unos más rápidos que otros (desde Reino Unido los trámites a veces llegan o pasan de los tres semanas), pero ya muy asumido por las funerarias.
Otra cosa es enviar a su país a quienes fallecen aquí. Son muy pocos casos, por ejemplo en algunos residentes o en accidentes, y además no siempre hay que enviar el cadáver, sino que se hace de manera más sencilla, con las cenizas. Siempre surge el tema de los ciudadanos chinos, que suelen irse a su país cuando ya son mayores, por eso no acostumbra a haber entierros, al menos en esta zona. Pero hay excepciones. «Lembro que unha vez, hai xa anos, enterramos a un chino aquí, non sei se xa tiña panteón ou como era, pero iso é algo excepcional», explica Manuel Pombo, del Grupo Bergantiños. Tampoco es habitual enviar cuerpos al extranjero. Sí se tramita, pero muy pocas veces.
Carlos Rodríguez, de Funeraria Costa de Baio, señala que el procedimiento varía si es a un país de la UE o a otro. En el primer caso, «faise coma se fose en España». En el segundo, es preciso el sello del consulado, y hay que informarse de si cada país en concreto tiene alguna particularidad en la documentación, no es homogénea. Recuerda el caso de un ciudadano lituano y la extraordinaria atención que le prestó el consulado en Madrid, y lo mismo puede decir de la Embajada da Suiza, con el embajador por medio para facilitarlo todo. «Polo xeral, os consulados, cando se trata de temas de mortes, acostuman a axudar e axilizar», explica. Y eso que Suiza no está en la UE, ni tampoco ahora Reino Unido, pero en ambos casos admite que no es complicado. Caro sí que puede ser, depende de cada circunstancia.
Eduardo Ramilo, de Virxe Milagrosa-Santa Marta, no ha tenido casos, pero cree que en el futuro sí van a llegar, porque aumenta la inmigración, por ejemplo la marroquí. Cuando el fallecido es portugués, es una funeraria lusa la que suele acercarse a Galicia.
Lo más fácil es llevar las cenizas
Explica Iván Amarelle, de San Antonio, que llevarse las cenizas con uno a bordo de un avión es sencillo a la mayor parte de los países, pueden ir en el equipaje de mano, siempre que vayan acompañadas de una copia del certificado de defunción y del de incineración. También repatrían los cuerpos a otros países, claro. «Es una labor con gran cantidad de trámites burocráticos, que consisten en gestionar autorizaciones sanitarias, pedir permisos al consulado del país de destino, contratar el flete aéreo y coordinar la recepción con la funeraria del país de destino», señala. Añade que antes de cada repatriación es necesario «y obligatorio» embalsamar y conservar el cuerpo.
«Esta práctica consiste en la sustitución de la sangre del cadáver por un producto biocida que introducimos vía arterial, evitando así los procesos naturales de putrefacción. Posteriormente, se introduce el cuerpo en un saco estanco; hace unos años era de zinc, pero en la actualidad hay sustitutos más ecológicos y sostenibles», indica.