El hórreo de Corcubión que luce en una plaza del barrio del Pilar de Madrid será rehabilitado

La Voz CARBALLO / LA VOZ

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SANTI GARRIDO

Fue llevado piedra a piedra a la capital de España hace casi 52 años. Su estado de conservación es mejor del esperado

29 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El hórreo situado en la Plaza de Corcubión, en el Barrio del Pilar de Madrid, será rehabilitado. O más bien mejorado en todo lo necesario, que por fortuna no es mucho, como han constado los técnicos durante la elaboración del proyecto.

«Estamos en la actualidad con el proyecto de restauración, y parece que no es mucho lo que hay que hacer, no está en tal mal estado como podíamos imaginar, pero se requiere actuar. Por tanto, la intención es acometer la rehabilitación durante este 2025, una vez acabado el proyecto y adjudicada la obra», explica José Antonio Martínez Páramo, concejal del grupo municipal del Partido Popular del Ayuntamiento de Madrid, y titular del Área Delegada de Limpieza y Zonas Verdes, además de concejal presidente del Distrito de Fuencarral-El Pardo, entre otros cargos.

Fue antes del verano cuando el PP del Distrito de Fuencarral El Pardo llevó al pleno del distrito una proposición para la rehabilitación del cabazo, que fue aprobada por unanimidad. Son temas que llevan su tiempo. Después se inició el expediente administrativo, en el que incluso hubo que indagar sobre el área municipal a la que el hórreo está adscrito, para pedir la cesión a la junta de distrito y así actuar directamente, además de comprobar, en Cultura, un informe para ver su rango de protección.

Con todo ello, en este 2025 quedará listo para seguir destacando en medio de la plaza en la que se estrenó, en mayo de 1973, hace casi 52 años. Fue trasladado piedra a piedra desde Corcubión. Estaba en el Campo do Rollo, en la que ahora es la calle Carrera Fábregas, antes Rúa das Vacas, y pertenecía a Manuel Rojo. Fue un regalo institucional al Ayuntamiento de Madrid cuando era alcalde corcubionés Ramón Pais. En estos años, en Madrid, ha tenido hasta okupas, con períodos de mucho abandono, pero ya es todo un símbolo.