La aeronave, de Naturgy, sobrevoló ayer Ponteceso, y el viernes Carballo, dentro de su trabajo de inspección de líneas
11 mar 2025 . Actualizado a las 05:00 h.En la Costa da Morte, la presencia de los helicópteros, como en otras zonas, es relativamente frecuente. Y, a simple vista, como vuelan a baja altura, la costumbre ya ayuda a identificarlos: el verde y blanco de la Guardia Civil, el azul de la Policía Nacional, el amarillo del 061, el rojo y blanco de Salvamento Marítimo, el azul y amarillo de la DGT (esta ya apenas aparece)... Los verde oliva del Ejército, sobre todo los Chinook, se vieron bastante por la costa cuando el Prestige, y en alguna ocasión puntual, pero esos sí son excepcionales por la comarca.
Estos días se han observado, en varias ocasiones, los de color naranja. Uno, propiedad de la multinacional energética Naturgy, que ha realizado vuelos bajos, durante un tiempo más o menos prologado, en varias zonas. El viernes de la semana pasada, por ejemplo, en las proximidades de la laguna de Baldaio, y ayer, en el entorno de la parroquia de Anllóns, en Ponteceso, entre otros lugares.
Esa escasa distancia al suelo, siempre (sobra decirlo) dentro de los márgenes legales y de seguridad, se deben a la prueba de nuevos sensores. No hay nada que temer, pese a que genere la lógica expectación, sobre todo si es en zonas más pobladas. Fue lo que pasó hace unos días en A Coruña. Y ante las numerosas preguntas se supo que esos vuelos casi rasos respondían a la función que desempeña, la de vigilar y revisar el tendido eléctrico para comprobar la existencia de puntos calientes que podrían desembocar en una avería futura que afectaría a múltiples clientes.
El helicóptero de Naturgy va equipado con cámaras termográficas y sensores que le permiten identificar si algún tramo tiene problemas, e incluso si hay vegetación cercana susceptible de causar cortocircuitos. Son inspecciones preventivas que sirven para almacenar grabaciones e imágenes en una base de datos para detectar cuáles son los problemas más habituales. Pero en el caso concreto de estos días, los vuelos obedecen a la prueba de sensores. Además, las líneas se analizarán más adelante, y principalmente con drones de largo alcance.
No es, ni mucho menos, la primera vez que estas aeronaves acuden a la comarca por las infraestructuras eléctricas. En febrero del 2013 había llamado la atención, por el lugar elegido para aterrizar, otro que trabajaba en la misma labor: eligió para el descenso, y para pasar una hora, una finca en A Brea, al lado de la carretera a Santiago.