El Pint of Science finaliza su vuelo entre píllaras, mecánica cuántica y criptografía

Patricia Blanco
PATRICIA BLANCO CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

BASILIO BELLO

Concluyó en Carballo, con otro lleno en el Ranqui, el festival de divulgación en bares organizado desde el Concello

22 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

¿Cómo puede sentirse un humano ante términos tan amplios y aparentemente complejos como la mecánica cuántica o la criptografía? Muy probablemente, todos los que este miércoles acudieron al bar Ranqui para disfrutar de la última sesión del Pint of Science en Carballo se sentirían como una píllara das dunas. Diminutos. Un ave de entre 15 y 17 centímetros, y entre 40 y 50 gramos, pequeña y vulnerable. De lo primero, del territorio en el que convergen criptografía y mecánica cuántica, habló el físico Manuel Gundín. De lo segundo, una «carballesa de corazón», la bióloga María Vidal, oriunda de Ferrol: «Este ano movemos os marcos», bromeó al inicio el concejal Iván Andrade.

Gundín, que recibió del público nutridas felicitaciones por su pericia divulgadora, definió la criptografía como la ciencia que estudia «como embarullar unha mensaxe para que só poida descifrala o seu destinatario». «Mensaxe, canal e chave» son tres estamentos esenciales en algo que, aunque no lo parezca, está presente en nuestro día a día, y es útil. En el envío de un wasap o una transferencia bancaria en línea, por ejemplo. Todo en Internet existe «grazas á cifraxe». Gundín paseó sobre los bits y los qubits, sobre «a cifraxe de César» o sobre el teorema de no clonado. Expuso lo que podrán traer consigo los ordenadores cuánticos, con mucho campo aún de desarrollo, y dejó claro que la criptografía se puede romper, pero también que la información cuántica está protegida por las leyes de la física. Salió airoso de todas las preguntas, incluso de la de un pequeño que quiso saber qué ocurriría si allí dónde estábamos apareciese un agujero negro de la misma masa que una moneda.

Los dos ponentes, entre el equipo organizador
Los dos ponentes, entre el equipo organizador BASILIO BELLO

De preguntas fue asimismo la «pataca quente» del descanso entre ración y ración de ciencia. Cuántos alcaldes ha tenido Carballo desde 1979, en qué fecha se inauguró el Haley, cuántas ediciones van del FIOT o cuántas veces se repite «torero» en la canción Torero de Chayanne. Son 18, por si le intriga. Estas, y preguntas mucho más estratosféricas, allanaron la maleabilidad del cerebro para adaptarse a la intervención de María Vidal, que también llegó cargada de datos y de una pregunta final: «Seremos quen?».

Es poco lo que se nos pide como usuarios de las playas para favorecer la viabilidad de las píllaras en un uso compartido, posible, del ecosistema. Quedan poco más de un centenar de parejas en el litoral gallego, y aún así Galicia es reducto de esta pequeña ave en el norte de la Península Ibérica. Precisa 24 días de incubación y entre 28 y 30 para echar a volar una vez que la cría sale del huevo. Demasiado tiempo, un universo entero, cuando, además de a cuestiones meteorológicas, está expuesta a amenazas tales como la limpieza mecanizada de arenales, la retirada de algas o las perturbaciones, estas últimas, unas de las principales causas de declive de especies a nivel mundial. «Falemos de cans», dijo entonces Vidal. No son la única causa, pero sí una, y los perros sueltos son «tónica habitual» aquí o allá. En un mismo paseo por la playa y en el tiempo-espacio en el que el humano recorre tres kilómetros, el can hace 33, y de forma errática. Las perturbaciones son letales y el simple hecho de levantarse del nido cuando incuba tiene severo impacto en el proceso de cría. «É un problema que cada vez se dá máis», dijo la bióloga. Y, sí, le puso cifras a la preocupación.

Concluyó así, con todo este saber y mucho interés vía cuestiones, este segundo Pint of Science de iniciativa municipal, posible con el apoyo de la Fundación Luís Calvo, Bodegas Carballo, Centro Comercial Aberto (CCA) y La Voz de Galicia.