Estudiantes de A Laracha y Arteixo, guardianes del paraíso Caión

Patricia Blanco
PATRICIA BLANCO CARBALLO / LA VOZ

A LARACHA

Coordinó ayer el colegio caionés una limpieza en el arenal As Salseiras. Este fue el resultado

07 oct 2023 . Actualizado a las 00:57 h.

Muchas colillas, trozos de cuerdas y redes, madera, tapones y hasta una pequeña llave negra que algo abriría —un tesoro, se les sugirió—, pero que acabó arrinconada al fondo del arenal. Todo esto, y sobre todo mucho microplástico, es parte de lo que encontraron ayer por la mañana los escolares participantes en la limpieza de la playa de Caión (A Laracha). Tomando parte en la 12.ª Limpeza Simultánea de Praias de Adega, el colegio caionés coordinó una velada medioambiental bajo el paraguas del programa Voz Natura, en la que también se implicaron estudiantes del colegio Alfredo Brañas de Paiosaco, el Otero Pedrayo de A Laracha y las escuelas infantiles de Larín, Rorís y A Lagoa (Arteixo). Entre las diez de la mañana y la una de la tarde, cuando se regresó al centro, la niebla ayudó a mantener una temperatura sumamente agradable para ejecutar tan loable empresa. No en vano, el colegio de Caión tiene en su entorno, y por tanto en el mar, un aula más. Quisieron cuidar, así pues, su gran paraíso.

La historia de un barco que perdió parte de su cargamento de juguetes de baño, patitos o tortugas que acabaron llegando «a todas as partes do mundo, sen romperse», les sirvió a Lis, Erin, Inés y Sabela para entender que el plástico no se descompone como sí puede hacerlo la monda de una naranja, de ahí lo perjudicial de que acabe en el mar, incluso —o más todavía— si es fragmentado en trozos pequeños que acaban comiéndose los peces y al final llegando a los humanos. Los famosos microplásticos. El plástico un material resistente, útil, «pero hai que usar o menos posible, reducilo, e despois reciclar», contaban al lado de la docente Noemí Romay, coordinadora de Voz Natura en el centro. Hablaron, asimismo, de que existen cinco grandes islas de plástico que, de seguir avanzando en dimensión, llegarán a erigir un gran continente de este residuo.

Ana García

La velada en el arenal, pese a todo, no solo permitió hallar basura o enseres olvidados, como un bañador, sino material de aprendizaje, como la vértebra de un pez de considerable tamaño que ahora estudiarán en clase. No es tanto lo que ayer recogieran, sino el aprendizaje que se llevan. Hubo algún año en el que retiraron más de 100 kilos de basura de la playa, recordaba ayer el director del colegio de Caión, José Roca. En esta edición fue mucho menos, y eso puede ser una alegría por un parte, pero también llevó a la reflexión de que el mar intenso de los últimos días pudo haberse llevado la basura al agua. Sin perder de referencia la marea, que a primera hora de la actividad estaba alta, la velada de ayer en el arenal de As Salseiras concluyó, cómo no podía ser de otro modo en uno de los colegios más musicales de la Costa da Morte, con mucho ritmo. ¡Samba!

Antes de esos acordes y bailes, Roca agradeció al alumnado y profesorado visitante —también familias— que se hubiesen sumado a la iniciativa. A los estudiantes les recordó la importancia de ser responsables con la generación de los residuos, en casa y en la playa. «Non deixedes máis do que xa hai e, se podedes recoller algún, pois mellor», les explicó. Él mismo dirigió la coreografía de cierre, coreando todos juntos Non botes o lixo no mar /van morrer as baleas/Non botes o lixo no mar /as súas augas non teñen fronteiras...