Memoria teatral y dos Prevodas en la Tarde-Noite no Medievo de Riobó

«Teatro, lugar no que ocorren acontecementos notables e dignos de atención. Unha definición moi acaída para o que aquí temos: Riobó, lugar no que ocorren acontecementos notables e dignos de atención. Longa vida á Tarde-Noite no Medievo e longa vida aos recordos, ás emocións, aos soños e ás ilusións, sexa no tempo que sexa, pasado, futuro, ou aquí e agora». Así remató este sábado el actor cabanés Yago Espasandín su pregón inaugural de la 15.ª edición de esta celebración en la pequeña aldea de Riobó, Cabana. Para entonces ya numeroso público había tomado el entorno, este año con una más mimada distribución de la artesanía y como siempre atención a la música y el baile tradicional, a la gastronomía local o a la propia historia.

Espasandín se evocó siendo niño, alumno de teatro de Silvia Losada: «Cantos fíos hai, se tantas veces pasei por este camiño?». En Riobó tiró de oficio, memoria e infancia, un niño que fue creciendo y que de druida pasó a conde y hasta meigho. Raquel Crespo lo sustituía este 3 de agosto en este papel, en una jornada cargada de asociaciones locales y de grupos referenciales como A Banda da Balbina u Os Festicultores, que cerraría la velada. En el momento más esperado, el de las Prevodas Medievais, hubo finalmente dos parejas: unió Silvia Losada, maestra de ceremonias, a Patricia Seijas y Carlos Agrelo, de Lugo, y a Marisa López y Manuel Aldao, vecinos de Arteixo.

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