Jugadores, equipo y entidad fueron sancionados por la federación
13 ene 2019 . Actualizado a las 05:00 h.El Conservas Boya Camariñas de Primera Nacional de balonmano comenzó ayer a pagar las consecuencias de unos malos hechos desencadenados en el penúltimo partido antes del parón navideño. Corría la décimo tercera jornada de liga cuando el Chapela visitó el pabellón O Areal. Estaba siendo un partido muy reñido, aunque siempre con el equipo visitante por delante en el marcador cuando, a los trece minutos de la reanudación, estalló el clímax: «Nun contraataque deles, un defensor noso fixo falta e un xogador rival deulle un cabezazo», comienza relatando el técnico del club costeiro, Moncho Canosa.
Fue en ese momento cuando comenzó una tangana en la que se vieron envueltos otros dos jugadores de ambos equipos, además de cuatro aficionados de los dos clubes, aunque estos últimos solo invadieron el terreno de juego, sin ejecutar agresión alguna. Así lo comenta el entrenador y lo corroboran dos actas del comité nacional de competición de la Real Federación Española de Balonmano. Respecto a las embestidas de los deportistas, fueron «de forma leve» y «sin que conste resultado lesivo», recoge el acta. De este modo, tanto Francisco Carril y Héctor Fateira, del Camariñas, como dos jugadores del Chapela, fueron sancionados con suspensión de tres encuentros oficiales.
Pero la cosa no se quedó ahí. El conjunto visitante solicitó la presencia de la Guardia Civil para continuar el encuentro, explica Moncho. Por todo esto, y debido a que dio lugar a la interrupción del partido, el comité nacional sancionó a ambos clubes con una multa de mil euros. Además, en el caso del equipo camariñán, lo sancionó con la clausura de O Areal en los siguientes tres encuentros oficiales.
Este hecho llevó al Conservas Boya a solicitar al Concello de Carballo, con mediación de las Escolas Balonmán Xiria y de la Real Federación Galega de Balonmán, el pabellón Vila de Noia para disputar sus tres próximos partidos como conjunto local (el primero ya se celebró ayer). «Queriamos xogar na Ponte do Porto, pero a sanción esixíanos facelo nun polideportivo que estivese, como mínimo, a 100 quilómetros de distancia», comenta Canosa, que asimismo se mostró muy agradecido con las anteriores instituciones y entidades por brindarles su ayuda.
Reacción
El técnico asumió, con total rechazo, los hechos: «Demos unha imaxe lamentable de cara á base e á afección». Es por ello por lo que han decidido no recurrir las sanciones: «Os feitos pasaron e hai que asumilos e ser consecuentes». No obstante, los castigos decretados le parecen «esaxerados»: «Tres partidos sen poder xogar no Areal parécenme demasiados. E moito máis a multa de mil euros, porque póñennos a mesma cantidade ca eles, que son reincidentes neste sentido».
Y es que al Camariñas nunca tal cosa le sucediera antes, ni por parte de la plantilla ni de la afición, aunque esta última peque, a veces, de radicalidad. Desde el club, han tenido una charla con todos los jugadores, aseguró Canosa.
El equipo puso fin a la mala racha con triunfo ante el Calmear
El destierro al Camariñas no le sentó nada mal que, ayer, en el primer partido jugado en Carballo contra el Rasoeiro (conjunto de la zona baja de la tabla) puso fin a una racha de tres jornadas consecutivas perdiendo (35-25). Los de Moncho Canosa fueron superiores en el marcador en todo momento. En los diez primeros minutos, solo un gol los separaba. A partir de ahí, se pasó de una diferencia de tres tantos a irse al descanso con una ventaja de siete (18-11).
A la vuelta, los de Camariñas no bajaron el ritmo e incluso fueron a más, con una distancia, en los primeros cinco minutos, de 8 goles. Luego fueron 10 (25-15) y llegaron a ser, incluso, 12 (29-17; 30-18), para quedarse, finalmente, el electrónico en 35-25.
Alberto Mas fue el máximo goleador (9), seguido por Cristian Canosa (7), Fabián Canosa (6) y Eusebio Martínez (5).
Con este resultado, el Camariñas deja de ser colista, pase lo que pase hoy en el resto de choques.