La Costa da Morte, el faro que guía a un grupo americano en su viaje por el Cantábrico

Marta López CARBALLO / LA VOZ

CAMARIÑAS

AMERICAN LIGHTHOUSE SOCIETY

La mayor asociación estadounidense de amigos de los faros visitará Vilán y Fisterra como parada final de su recorrido de doce días por el norte de España

20 sep 2023 . Actualizado a las 09:22 h.

Una veintena de socios de la mayor agrupación estadounidense de amigos de los faros acabarán en Vilán (Camariñas) y Fisterra una visita de casi dos semanas por los faros de la cornisa cantábrica. En la comitiva está Henry González, vicepresidente de la US Lighthouse Society, una asociación que fue fundada en 1984 y de la que forman parte más de tres mil personas. Él, de ascendencia española, vive en Carolina del Sur, pero viaja con frecuencia a este lado del charco.

—¿Qué tal el viaje? Llegaron a España hace unos días.

—La mayoría del grupo fue llegando el jueves desde diferentes partes de Estados Unidos, aunque el viaje comenzó el viernes en San Sebastián. Somos 22 en total y venimos de California, Oregón, Texas, Florida, Carolina del Sur...

—¿Forma parte de la entidad desde sus inicios?

—Yo me asocié como diez años después de su creación, pero rápidamente se dieron cuenta de que tenía mucha energía y pasión por los faros, así que me fueron involucrando más y más y a los tres o cuatro años me hicieron vicepresidente. Todos somos voluntarios en esta entidad y tenemos nuestra sede en el estado de Washington, precisamente en un faro, el de Point No Point.

AMERICAN LIGHTHOUSE SOCIETY

—¿Cuáles son sus objetivos?

—Nos dedicamos sobre todo a la divulgación de información sobre los faros y la vida de los fareros, principalmente los de Estados Unidos. Tenemos una publicación trimestral, estamos activos en internet y hacemos viajes por todo el mundo para ver faros de diferentes países e intercambiar información con otras comunidades.

—¿Cuál es la situación de los faros en su país?

—En nuestro país hay unos 600, más o menos, y muchos son llevados por pequeñas organizaciones sin ánimo de lucro con las que estamos en contacto desde nuestra entidad. Les ofrecemos recursos informativos, educativos y también financieros, pues tenemos un pequeño proyecto de ayudas y apoyamos a tres o cuatro organizaciones cada año.

—Viaja a España hace años. ¿Ha cambiado el panorama?

—Mi primer viaje a España fue en 1998 y entonces un 50 % de los faros estaban operados y mantenidos por personal que vivía en las propias instalaciones. Eso ha cambiado y ahora será como mucho un 15 o 20 %. También he detectado que desde aquella primera visita se le han dado usos alternativos a más faros, como centros de interpretación o museos, por ejemplo. Eso me ha alegrado mucho, porque es un win-win, como decimos en mi país.

—Habla de iniciativas sin ánimo de lucro, pero ¿está de acuerdo que empresas privadas asuman su gestión y los conviertan, por ejemplo, en hoteles?

—Siempre y cuando se respete el entorno histórico y se represente la historia del faro y de los fareros, estoy de acuerdo. En Estados Unidos también tenemos algunos casos de ese estilo.

AMERICAN LIGHTHOUSE SOCIETY

—¿Cuál es su vínculo con España?

—Mi tatarabuelo fue torrero en nueve destinos de la costa cantábrica, siendo el más occidental Estaca de Bares. Hace años tuve la oportunidad de visitarlos todos y también bajé hasta Vilán y hasta Fisterra. Mis abuelos eran españoles, dos de ellos asturianos, y tengo un lugar especial en mi corazón para la costa cantábrica. La gente, el paisaje, el mar, las montañas, lo verde, la comida... Aún tengo primos por aquí, también.

—Acabarán su itinerario de doce días en la Costa da Morte.

—Llevábamos tiempo gestionando el permiso para poder subir a la torre de Vilán y la autoridad portuaria nos lo ha concedido. Como le dije al grupo, es como si estuviésemos haciendo el Camino de Santiago, pero el peregrinaje es en este caso a través de los faros. Y acabaremos ese camino subiendo a una de las torres más bonitas que hay [Vilán], con ese túnel que tiene, que es algo único. No se ve ese tipo de acceso comúnmente.

AMERICAN LIGHTHOUSE SOCIETY

—¿Ve muchas diferencias entre los faros de EE.UU. y los españoles?

—Su función e incluso su historia es muy parecida, pero quizá las principales diferencias estén en la arquitectura, pues en España la torre está ligada a la vivienda; los usos complementarios, que en Estados Unidos comenzaron unos veinte años antes, y lo involucrada que está la ciudadanía en preservar estos edificios. Creo que en España el interés es un poco menor, aunque seguro que en cuanto se promocionen más y vayan abriéndose más al público ese interés crecerá.

—¿Cree importante fomentar su vertiente turística?

—Desde luego. El estado de nuestro país que más faros tiene es Míchigan, en donde no hay mar, pero sí los Grandes Lagos. El gobierno los está promocionando mucho y gente de todo el país va allí para conocer esas instalaciones y, de paso, visitar el resto del estado.