Un año después del cierre, en Cee deciden cómo gestionar la piscina

Patricia Blanco
Patricia Blanco CARBALLO / LA VOZ

CEE

La instalación sigue en fase de deterioro y los empleados continúan sin cobrar

12 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La piscina de Cee lleva un año y un mes cerrada, acusando sus instalaciones un deterioro, y eso no va a cambiar por ahora. No hay una fecha de apertura, que es lo que esperan trabajadores y unos 800 usuarios, pero en la comisión del miércoles algo se avanzó. O no del todo, según a quien se consulte. La realidad es que, al fin, parece que se ha definido el modelo por el que se optará, cosa que hasta el momento no estaba nada clara: será la gestión interesada, una fórmula que desde hace tiempo defiende el PSOE y que, según explica el alcalde, Ramón Vigo (IxCee), lo que supone es una participación activa tanto del Concello -que tiene así mayor control- como de la empresa que coja la piscina. Algo mixto.

Llegar hasta aquí no fue fácil. El BNG siempre defendió la gestión directa por parte del Concello y, tal y como reafirmaba ayer su edil, Serxio Domínguez, el grupo no se ha movido ni un ápice de esta postura. No obstante, asumen que la opción elegida es otra y que la suya está en minoría, por lo que, aún no apoyándola y previendo abstenerse, no pondrán «paos nas rodas» y tratarán de colaborar en lo que sea, «por responsabilidade», «porque o que hai que facer é sacar isto adiante». El PP, dice Zaira Rodríguez, entendió siempre que lo mejor era el sistema de concesión, aunque pueda tener sus riesgos -como que quede desierta-, pero en vista de que la gestión indirecta tiene más apoyos, también se han sumado, no sin recelos y sin críticas, como llevar mes y medio esperando un informe provincial que al final solo se quedó en una transmisión verbal y para que, en definitiva, tampoco parezca que se le vaya a hacer caso: «¿Si se avanzó? No creo». La opción de la concesión sigue dando vueltas y más cuando a la comisión, como dijo Domínguez, llegaron ecos de rumores que corren por Cee, como la existencia de empresarios dispuestos a asumir la instalación a coste cero para el Concello. En cualquier caso, esa modalidad, por lo de ahora, también parece que quedó atrás.

«O máis breve posible»

A la comisión del viernes, el grupo de gobierno llevó cuatro pliegos, modelos de gestión interesada de otros tantos municipios de España. La portavoz del PSOE, Margarita Lamela, aportó otro, pero yendo más allá, porque presentó una propuesta adaptada ya a la situación de Cee, tomando como base pliegos de ese tipo, como el de Vilafranca del Cid, caso que lleva meses poniendo de ejemplo, y que fue asimismo uno de los que aportó Vigo. Ahora, apunta el alcalde, hay que analizar todos estos documentos, elaborar el pliego definitivo, llevarlo a una nueva comisión -quizás, para la semana-, aprobarlo si así se estima (o hacer los cambios oportunos) y, a partir de ahí, llevarlo a pleno para darle luz verde. Después, vendría la licitación. Todo ello implica una serie de plazos, pero Vigo espera que sea «o máis breve posible».

Plácido García, portavoz de Ciudadanos, señala que había otras vías por las que se podría haber salido («falar de avance cando isto leva ano e pico parado...»), pero en todo caso valora positivamente que se haya definido un modelo: «Penso que se vai vendo algo de claridade». Ello, sin dejar de indicar que la gestión interesada también tiene sus dificultades para un Concello -no solo lo que tenga que aportar inicialmente, sino también, por ejemplo, saber cuánto le va a costar cada ejercicio para diseñar los presupuestos-. Modesto Rivas, edil no adscrito, no cree que el hecho de que aún haya que revisar y tejer ahora un pliego haya traído gran «agilidad» al asunto, y más cuando a su juicio no hay ningún documento definitivo, porque después todo dependerá del mercado. «Y a lo mejor no vamos bien con la gestión interesada», deja caer, aludiendo al informe de Secretaría e Intervención que, en virtud de la consulta a la Diputación antes mencionada, no es precisamente favorable a esta modalidad, como también reseña Serxio Domínguez. Pese a todo, fue la elegida.

Margarita Lamela (PSOE) entiende que la comisión del jueves sí supuso un paso adelante: no solo quedó claro el modelo de gestión, sino que ahora, dice, ya hay un pliego borrador del que partir, para ir perfilándolo desde el punto de vista político y técnico y así articular el definitivo. Propone la gestión interesada, en principio, durante tres años, también para que el Concello conozca realmente cómo funciona la piscina, y partir de ahí pueden hacerse los reajustes precisos. A su juicio, con la concesión se correría el riesgo de llegar a la misma situación que se dio con Aquacenit.

«Se che digo a verdade, xa non me fío de ninguén», dicen desde el grupo de trabajadores

Para los trabajadores, este que ha pasado desde que la piscina cerró está siendo una especie de año de agonía. Gonzalo Guerrero, trabajador y delegado del personal, así lo traslada. «Se che digo a verdade, xa non me fío de ninguén dos que están no Concello, porque un día dinche que esteas tranquilo, que xa vai, que se levará ao pleno, e ao final nada», indica. Tampoco entiende cómo hace un tiempo se decía que gestión interesada no, y ahora parece ser que es el camino. Un juez será el que decidirá sobre la rescisión del contrato de los trabajadores, que siguen vinculados a la empresa aún no teniendo la firma actividad, y por tanto sin poder acudir al paro ni buscarse las castañas por otro sitio, porque si ellos optan por «saír disto», entonces se quedan sin derechos. Ya hay quien lo ha preferido, para evitar así seguir en un sinvivir. Todo va mucho más lento de lo que desearían.