El Patín Cerceda gana al difícil Igualada y sale del descenso

José Manuel Ferreiro Negreira
José M. Ferreiro CARBALLO / LA VOZ

CERCEDA

Adrián Candamio celebró ayer sus 20 años marcando dos de los tres goles de su equipo frente a los catalanes

15 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El Patín Cerceda consiguió una gran victoria ante uno de los equipos fuertes de la OK Liga de hockey sobre patines, el Igualada (3-2). Con ese marcador los hombres de Juan Copa dejan las plazas de descenso directo. Uno de los jugadores sobresalientes fue el delantero Adrián Candamio, que cumplía 20 años, al marcar los dos primeros goles. También estuvo espectacular el meta Martín, la figura del choque.

Patín Cerceda: Martín; Grasas, Martín Payero, Pablo Togores, Mantiñán -equipo inicial- Adrián Candamio, Peli Fernández e Íñigo Artacho.

Igualada Calaf Grup: Elagi Deitg; Roger Bars, Jaume Molas, Ton Baliu, Pol Galbas -equipo inicial- Daniel López, Joan Muntané y Nil Garreta.

Árbitros: Germán Sandoval y Sergio Mayor, del Colegio de Madrid. Estuvieron muy bien.

Goles: 0-1, min Tom Baliu; 1-1, Adrián Candamio (descanso); 2-1, Adrián Candamio; 3-1, Martín Payero; 3-2, Toni Baliu.

Incidencias: Menos público de lo habitual, con 120 aficionados en el pabellón González Laxe. La granizada que cayó por la mañana e incluso el agua nieve desanimaron a los aficionados a desplazarse al polideportivo.

Desde el principio se vio lo que iban a ofrecer el equipo local de Juan Copa y el visitante de Ferrán López. Los primeros con un hockey rápido y moviendo continuamente la bola, y un rival bien posicionado, y aprovechando su oficio en los contraataques.

En el primer disparo del Igualada supuso el 0-1 y acrecentó más el repliegue del conjunto catalán ante la posesión y oportunidades de los cercedenses. En este período Toni Baliu lanzó un penalti que despejó Martín.

En la segunda parte, el dominio fue total del Patín Cerceda. En un minuto marcó los dos goles dejando el marcador 3-2. Martín se lució varias veces y el segundo tanto visitante llegó cuando apenas quedaban 36 segundos y 9 centésimas para el pitido final.