Los mapas que demuestran que durante siete décadas se construyó en áreas potencialmente inundables en el área metropolitana de Valencia
ESPAÑA
Planos con datos de peligrosidad del Sistema Nacional de Zonas Inundables y del plan PATRICOVA de la Generalitat Valenciana de prevención de riesgos explican con detalle cómo se construyeron barriadas enteras en lugares de Huerta Sur en los que se advertía lo que trágicamente ocurrió
02 nov 2024 . Actualizado a las 18:24 h.A finales de los 50, en la época en la que la capital valenciana se reponía de la grave inundación que en 1957 dejaba 81 muertos en la ciudad por el desbordamiento del Turia en un episodio de lluvias torrenciales, la comarca de Huerta Sur (en valenciano L'Horta Sud) no existía aún como tal. Hoy esta zona, la más castigada por la dana del pasado martes, ya forma parte del área metropolitana de Valencia, pero entonces localidades como Picaña, Paiporta, La Torre, Benetússer, Alfafar, Sedaví o su capital, Catarroja, eran pequeñas tanto en tamaño como en población. El crecimiento en número de habitantes en los últimos tiempos en este área ha sido extraordinario, siguiendo la dinámica que se da en muchas otras capitales de provincia del país: ante los altos precios de la vivienda en el centro, parejas y jóvenes familias se mueven al extrarradio. Y si, según datos de la Cámara de Comercio de Valencia, en dos décadas viven aquí 40.000 personas más es porque se construyeron edificios y pisos donde vivir.
La cuestión es, teniendo en cuenta la historia y los periódicos episodios de gota fría que asolan este territorio cada otoño, si la construcción compaginó la necesidad habitacional de miles de personas con la alta probabilidad de inundación. «Es necesario reconocer que la gestión territorial llevada a cabo en las últimas décadas ha sido absolutamente irresponsable y que ese no es el camino a seguir», señalaba la arquitecta Esmeralda Martínez en las últimas horas en su perfil en X. La también geógrafa por la Universidad de Alicante sustenta este argumento compartiendo una cartografía realizada por ella misma en la que muestra la evolución urbana en este territorio entre 1956 y 2024 con superposición del ámbito inundable. Emplea como fuentes el Sistema Nacional de Cartografía de Zonas Inundables y el Plan Territorial de prevención del riesgo de inundación de la Generalitat, denominado PATRICOVA.
«La consideración del riesgo debe ser prioritaria en la ordenación del territorio. No tenerlo en cuenta se cobra vidas», se expresa de forma rotunda hacia quienes idearon los planes de desarrollo urbanístico en la zona en los últimos años. Con las imágenes facilitadas se aprecia con claridad que la extensión de zonas edificadas en lugares que podían anegarse se multiplicó exponencialmente en estos municipios.
Si a mediados del pasado siglo no había prácticamente edificaciones con riesgo de sufrir inundaciones, en 2024 son muchas las calles que se verían expuestas a este peligro. Por eso la experta mira al futuro con preocupación y pide tener en cuanta este tipo de estudios.
«Cuando se plantea modificar la legislación urbanística, hay que pensar en ello y en situaciones como la actual y reconsiderar la manera de entender la rentabilidad económica que siempre se pretende sacar al territorio», concluye la experta compartiendo su trabajo.