
20 sep 2025 . Actualizado a las 05:00 h.
La iglesia de Pontoxo que hoy se puede ver fue trasladada a piedra a piedra desde su anterior ubicación. Sus muros hablan de aquella revuelta vecinal remontada a febrero de 1977. Se oponían a las expropiaciones en As Encrobas, donde se hicieron desaparecer varias aldeas para extraer el lignito que por años alimentó la central de Meirama. El hueco que dejó es hoy en un lago, también testimonio de la historia.