Solo el Concello de Dumbría ha rendido tributo a los exterminados en el campo de Mauthausen
31 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.En el mes de noviembre de 2005 la Asamblea General de las Naciones Unidas eligió el 27 de enero para celebrar todos los años el Día Internacional de Conmemoración de las Víctimas del Holocausto. Y, en el primer año de esa celebración, en el 2006 el concello de Dumbría se adelantó a todas las instituciones españolas para celebrarlo con un homenaje a los vecinos que fueron asesinados en el campo de exterminio nazi de Mauthausen/Gusen: Silvestre Albite Miranda, Manuel Piñeiro Agulleiro y Manuel Rodríguez Louro, así como a un héroe de la Resistencia francesa que falleció luchando contra los alemanes, Máximo Injilde Maceiras. Un acto en el que participó el jefe del Estado Mayor de la Tercera Brigada de AGE a cuyas órdenes luchó Máximo Injilde y al que asistieron numerosos vecinos en la casa de Cultura de Olveira.
Setenta y siete años después de morir asesinados en el campo de Mauthausen, en Austria, durante estos días tanto el pleno del Senado español como el del Parlamento de Galicia, sumándose todos los grupos políticos, así como la Diputación Provincial de A Coruña, homenajearon, el primero a todos los españoles asesinados en dichos campos de exterminio; el segundo a todos los gallegos también asesinados allí, y la Diputación Provincial a todos los oriundos de la provincia que perdieron sus vidas en aquellos infiernos nazis.
Pero, según el Concello de Dumbría fue precursor en reconocer y dignificar la memoria de sus antiguos vecinos, los demás concellos de la Costa da Morte que tienen algún vecino en la relación de asesinados, nada hicieron para que las generaciones de hoy y de mañana conozcan que la maldad y la irracionalidad puede llegar de cualquier lugar y en cualquier momento.
Quedan, pues, por reconocer y homenajear institucionalmente, a Ramón Lamela Marcote, un fisterrán nacido el 9 de enero de 1915 y movilizado por los sublevados franquistas en 1936 para luchar en sus filas, aunque más tarde desertó del ejército «nacional» sumándose a las filas republicanas, precisamente las que defendían al Gobierno legítimo de España. Por su deserción, de inmediato detuvieron a su madre y a su hermana para encerrarlas durante una larga temporada en la cárcel de Corcubión. Y terminada la contienda civil con la derrota de los republicanos, Ramón Lamela pudo exiliarse en Francia refugiándose en el campo de Argelés sur Mer, para sumarse más tarde a los batallones de Trabajadores Extranjeros franceses que fueron creados al estallar la contienda europea, luchando contra los alemanes. Detenido por los nazis al invadir el país de la Torre Eiffel, a Ramón lo trasladaron al campo de Mauthausen el 27 de enero de 1941 con los números 5.578 y 12.056, procedente de Francia, St. XI-B, número 86.444. Derrotado, agotado, enfermo y esquelético, Ramón Lamela falleció en el campo auxiliar de Gusen, a solo cinco kilómetros, alrededor del 4 de febrero de 1942. Tenía 27 años y su madre, Manuela Marcote Alsina y su hermana, Manuela Lamela Marcote, residían en aquel entonces en la calle del Carmen, 20, de Fisterra, ignorando la suerte de su familiar.
Por su parte, Antonio Fariña Chouciño, Antonio de Rosa, nació el 9 de julio de 1.906 en Malpica, hijo de Rosa Chouciño que estuvo domiciliada en la calle del Campo, número 15, de dicha localidad. Antonio estaba casado en 1938 con María Rojo, y huyó para Francia desde el puerto de Malpica el 13 de agosto de 1938 junto con otros varios vecinos en la tarrafa San Adrián. De Francia pasó a tierras controladas por el gobierno republicano y cuando devino la derrota pasó al exilio francés. En agosto de 1939 estaba en el campo de Argelés sur Mer, en Francia y aunque después luchó durante los primeros tiempos contra los alemanes al estallar la guerra europea, fue muy pronto hecho prisionero y trasladado el día 24 de agosto de 1940, con el número 4.082, procedente de Angoulême-Francia, al campo de exterminio de Mauthausen-Austria. Falleció el día 6 de mayo de 1941 en el comando Gusen número 2, cuando tenía 35 años. Su esposa tampoco supo de su vida y muerte hasta pasado mucho tiempo.
Otro de los asesinados fue Daniel Fidalgo Antelo, que nació el 21 de marzo de 1913 en Castrarón (Mazaricos). Daniel luchó también en el ejército republicano y con la derrota de la República se exilió en Francia, incorporándose a los batallones de Trabajadores Extranjeros al estallar la Segunda Guerra Mundial. La invasión alemana le cogió en Fallingbostel, en la Baja Sajonia y fue detenido por los nazis para ingresarlo más tarde en Mauthausen el 27 de enero de 1941, con el número 5.910, y procedente de Angoulême-Francia, St. XI-B, con el número 86608. Falleció el 3 de febrero de 1942. Tenía 28 años y su madre, Josefa Antelo, vivía en Castrarón, ignorando su triste final.
Y si seguimos el orden alfabético por concellos, nos queda el de Zas. Valentín Ramos González nació en Brandomil (Zas) el 1 de mayo de 1909 y estuvo casado con María Alvite, con la que tenía tres hijos. Valentín emigró para la capital de España en compañía de un hermano para trabajar en una carbonería y cuando estalló la guerra civil se sumó al ejército republicano. En el mes de diciembre de 1936 estaba integrado en el Batallón U. H. P. del Quinto Regimiento de Milicias Populares, con residencia en San Bernardo-Barrio de Chamberí-Madrid. Y con la derrota Valentín también se pudo exiliar en Francia y al estallar la Segunda Guerra Mundial, al igual que los citados anteriormente, luchó contra los alemanes. Fue capturado y trasladado al campo de Mauthausen el 25 de enero de 1941 con el número 3.574. El 9 de septiembre del mismo año murió asesinado. Tenía 32 años y la mujer y los tres hijos seguían en Galicia, en su aldea natal, ignorantes del destino de su esposo y padre.
Fisterra, Malpica, Mazaricos y Zas, cuatro concellos de la Costa da Morte, concellos que faltan, que no están, que para ellos la «solución final» nazi que asesinó a sus vecinos parece, en principio, no importarles. Quizás deberíamos reclamar más memoria institucional.