Un homenaje grande a Pequeño

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

DUMBRÍA

BASILIO BELLO

Medio millar de personas acompañaron al exalcalde de Dumbría

18 sep 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Por una vez, con o sin precedentes, sí se puede abusar del fácil juego de palabras con el apellido, que José Manuel Pequeño habrá escuchado toda su vida. Porque el homenaje que le dispensaron ayer en el polideportivo de O Conco, ese que seguramente algún día llevará su nombre, fue grande. En asistentes (más de 500 personas), en abrazos y en afectos. En lluvia también, y al principio, porque cayó toda como una cascada cuando, fuera, se descubrió una escultura en su honor, con una placa (que cita, en nombre de los vecinos, la «ilusión, traballo e dedicación» al Concello, en cultura, deporte, turismo, arte, patrimonio, territorio, Camiño...), además de sonar la música de tres integrantes de Luar na Lubre, que se repetiría dentro, más resguardados todos, y durante mucho más tiempo del previsto. Los homenajes se sabe cuándo empiezan, pero no cuándo acaban.

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Pequeño no sabía ni una ni otra cosa, porque le fueron guardando bastante bien los detalles, los pequeños y los grandes. De hecho, puede decirse —y él lo dijo— que también sirvió para que el protagonista homenajease a su vez a su esposa, Efigenia Louro, a quién él aludió más tarde por todo el tiempo que la política le ha robado de la vida familiar, y como agradecimiento por su comprensión.

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Fue una tarde de divinas palabras, sin teatralidades, sencillas y muy sentidas. Como las de su sucesor y compañero, Raúl González. Dijo que Pequeño «é un home excepcional, un líder incansable, un compañeiro leal, un verdadeiro amigo próximo», y el responsable de «un dos capítulos máis importantes de Dumbría». Y un jefe algo repunante: «insistente, meticuloso, exixente, un pelo de huevo», en busca de la excelencia. Una persona cuyo compromiso y dedicación a Dumbría son «inigualables», un «faro de éxito na Costa da Morte e en Galicia», con pasión por la tierra, con una visión y esfuerzo que han dejado una huella indeleble en la comarca. Más: «Un defensor apaixoado do deporte, da cultura e das artes».   

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También fue afectuoso con él el presidente de la Deputación, Valentín González Formoso, quien, además de transmitirle el apoyo de Pedro Sánchez (justo ayer estaba en Oroso), señaló que Pequeño siempre defendió que las aldeas tienen que tener los mismos derechos que las ciudades. Que hizo grandes obras. Que siempre tenía una sonrisa bajo el bigote, un hombre positivista, «que fai amigos e equipos», el tipo de gente que hace falta.

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Pequeño dio las gracias a todos. Recordó alguna anécdota, como cuando, al principio, iba a alguna consellería, y lo confundían con el alcalde de Oleiros (casualmente, también estaba ayer), y al identificarse como regidor de Dumbría, le preguntaban si eso quedaba por Ourense. Hace ya muchos años que tal cosa no ocurre. Además de la escultura que lo recordará en la entrada, el exalcalde recibió una reproducción del Vákner, obra de Cándido Pazos (se la dio como regalo general María Agulleiro), y otra de las peixeiras de O Ézaro, con su cesta y el pañuelo atado (se la regaló Pazos). El escultor comentó que, cuando comenzó a trabajar con Pequeño, se percató de que era hacerlo «noutra dimensión». El otro regalo común fue una selección de fotos y vídeos de su trayectoria. 

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En el acto, emotivo, conducido por Pepe Formoso, también intervinieron algunos asistentes, como Jorge Mira, Xan García, José Antonio Casais o Ezequiel Mosquera. La afluencia fue enormemente variada, incluido algún alcalde del PP, como el de Ordes, o el portavoz popular local, Antonio Santamaría, y por descontado numerosos regidores, exregidores o concejales socialistas, además de empresarios, representantes de entidades de todo tipo. Y muchos amigos.

Será otro día 17 que le quede en la memoria, además de ese que le acompaña desde pequeño, el 17 de marzo, cuando nació.