Los tesoros

Xosé Ameixeiras
Xosé Ameixeiras ARA SOLIS

DUMBRÍA

Xosé Ameixeiras

03 jun 2025 . Actualizado a las 14:19 h.

Una vez llegó a O Fieiro, una aldea abrigada del Oeste por el monte de O Pindo, un sastre ambulante. Atraído por el magnetismo de la cumbre del Olimpo Celta, no pudo resistir la tentación de subir a la montaña. Entre sus piedras halló una bolsa llena de cuernos de cabra. La cogió y bajó al lugar con ella. Al mostrársela a los paisanos, estos medio se burlaron de él. ¿Para qué querían una bolsa con cuernos de cabra si en la aldea ya había sobrados animales, con sus consiguientes cornamentas? El hombre, no obstante, se los llevó y cuando llegó a su hogar lejano se puso a limpiarlos con esmero. A medida que les iba quitando la suciedad observaba que brillaban como el oro. Y en realidad lo era: oro macizo. Historias como esta son las que cuenta Pepe do Fieiro, José Rodríguez Ramos, un joven de 91 años y guía incansable de O Pindo, que con una memoria prodigiosa relata leyendas que aprendió de sus antepasados. Cada piedra, cada cueva, cada senda tiene su relato. De niño fue cabrero en esta montaña. Se alternaba con su hermano en la escuela. Un día iba uno y al día siguiente iba el otro. Y también con los animales al monte. Mientras el ganado pacía, ellos buscaban los tesoros que sus mayores decían que estaban escondidos debajo de las rocas. Y en ello sigue inagotable Pepe, que capitanea subidas a la cumbre de A Moa mientras sus acompañantes, que por edad podrían ser hijos o nietos, le siguen con la lengua fuera. La vieja montaña le transmitió una extraña energía, una especie de eterna juventud. El domingo, en Dumbría, le tributaron un homenaje. O Pindo ya tiene a un nuevo personaje de leyenda. El inmortal guardián de un tesoro.