La residencia de Fisterra que ardió en verano ya está recuperada del incendio

P. Blanco, J. V. Lado CARBALLO, CEE / LA VOZ

FISTERRA

XESÚS BÚA

Dos guardias civiles recibieron un premio por su servicio humanitario aquella noche

05 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

En el hogar residencial de la Asociación de Cooperantes Obra Social Nosa Señora do Carme de Fisterra todo parece haber vuelto a la normalidad tras el grave incendio que obligó a desalojar a 21 personas -de ellas, 15 ancianos- a principios de agosto. Los daños, gracias en parte al trabajo voluntario, están repuestos y, de hecho, ayer se inauguró el oratorio. Por lo que hicieron aquella noche, y por considerarlo un servicio humanitario destacado, la fundación de la Guardia Civil acaba de entregar los premios Legado Alfonso XIII a dos agentes, Eduardo Hernández, del puesto de Camariñas, y José Manuel Blanco, del de Muxía.

El acto -donde también se entregaron galardones a periodistas y a otros agentes por sus servicios, como los auxilios al terremoto de Nepal y al rescate de tres montañeros en Marruecos-, se celebró en Madrid, presidido por el Ministro de Interior, Jorge Fernández, y con el director general de la Guardia Civil presente, Arsenio Fernández de Mesa. «Me pilló de sorpresa -dice el guardia civil Eduardo Hernández-, pero luego me sentí orgulloso, no por mí, que no lo pensé en ningún momento, sino por mi familia. Este premio se lo dedico a mi niña [Iria], a mi mujer, a mi familia, a aquellos que me quieren y a los vecinos de Fisterra, que fueron los primeros en llegar». En Camariñas desde el 2007, Hernández ha pasado antes por Ponteceso, Toreno y Villablino (León) y Cervera de Pisuerga. Lleva 23 años en la Guardia Civil. Reconocimientos así alientan.