19 oct 2022 . Actualizado a las 05:00 h.
Trescientas viviendas de Fisterra han sido objeto de pleitos a causa de la vorágine constructiva de los años felices del bum inmobiliario. Desde los concellos se miró para el otro lado y se aplaudía el fragor de las hormigoneras. La carencia de políticas urbanísticas serias y racionales dieron con todo el hormigón en los juzgados. La culpa fue de todos aquellos, pero los afectados son los que compraron los pisos.