
ESPECIAL HOGAR | Conectividad, programación o filtros que destruyen olores con la placa que aspira: el gran cambio tecnológico ya está aquí
27 mar 2025 . Actualizado a las 10:24 h.Sin duda habrá usuarios que en días como estos de marzo, de lluvia y frío, preferirán sentarse al lado de la bilbaína de toda la vida, alimentada con rachas mientras hierve el caldo sobre su superficie, pero los tiros de las cocinas modernas van más por la tecnología, algo que cada vez más se extiende a todas las estancias de la casa (y de los coches, del entorno vital en general). «Xa case podes falar con ela [con la cocina]», bromea Margarita Varela, de Cociñas Blanco. Broma a medias, porque con las actuales aplicaciones ya es común dar órdenes a viva voz, como se hace con otros elementos, o también dirigir desde el móvil y otros dispositivos. «Coa lavadora, por exemplo, para a xente que está pouco tempo na casa, xa se autodosifica para gastar menos, para aforrar», añade Varela, en uno de los veteranos negocios que puede relatar de primera mano cómo ha ido cambiando todo desde hace al menos diez años, más acelerado desde la pandemia.

Más y mejores
Lois Pose, de cocinas Cuka, coincide. Los adelantos son cada vez más y mejores y más útiles. Por citar uno de los que están llegando con más fuerza, ya habituales en otras partes, el de la extracción de gases por la propia encimera, en la placa de inducción. No salen al exterior, se aspiran directamente, y un filtro de carbono o de plasma rompe las moléculas del olor, así que no huele a nada. Desaparece. Se genera una recirculación «que en Europa xa está moi implantada», explica. Y aquí no tardará en verse en cierto número en reformas o casas nuevas. Eso sí, la estructura, el armazón, seguirá teniendo alma comarcal, de proximidad. «Nós traballamos, como se soe dicir, en quilómetro cero», con taller en Niñóns (Ponteceso), con el montaje, almacén en Valenza y venta y diseño en Carballo, donde lleva un año. Y lo mismo ocurre, por ejemplo, en Carpintería Gómez, en el polígono de Bértoa, empresa también veterana que apuesta por lo propio y lo local desde el primer paso de los trabajos. No solo en las cocinas, sino en otros aspectos relacionados con el hogar.

Lo mínimo
1. Diseño. Cada vez más cómodo ergonómico. Que aportan más limpieza o más comodidad al hacerla. Con iluminación led y conectividad: las cocinas del futuro ya están presentes.
2. Precios. Un mundo, como todo. A partir de 10.000 euros se puede montar una cocina nueva (electrodomésticos, encimera, muebles) y desde ahí hasta lo que se quiera, 50.000 euros más. Pese a la enorme variedad de oferta (y hasta de espacio), y a la vista de las opiniones de los expertos, lo habitual está entre los 14.000 y los 16.000 euros.
3. Lo natural. Señala Margarita Varea que las tendencias, más que de un año o de una temporada, se van marcando de uno para otro. Las tendencias. Y que lo natural, lo ecológico, el uso de los materiales menos dañinos para el medio ambiente, se está asentando. Y eso va ligado a los colores, donde el blanco de casi siempre (eterno debate) sigue imperando, pero ya hay más opciones al alza, desde azulados a verde pistacho o grafito.
4. Lo integral. Muchas empresas se ocupan de todo el montaje, aunque estén especializadas solo en un área. Como Gómez, en carpintería, con mucha experiencia de colaboración. Pero el problema que padecen en su sector es acuciante: falta mano de obra. Y de la buena, no vale cualquiera, para garantizar la calidad, explica Gómez. Y antes había, y ahora no. Por no llegar, no llegan ni los currículos. «Es un problema gordo, no tenemos un relevo de generación en la carpintería», dice. Y el trabajo abunda: empresas como la suya se ocupan tanto de reformas pequeñas como de grandes obras, y mucho en casas nuevas, unifamiliares.
5. La formación. Y como las cocinas son necesarias, seguirán llegando y además con muchas más electrónica, desde Cuka colaboran con el instituto Monte Neme de Carballo instalando una cocina en el aula de tecnología, como un espacio abierto para usar y aprender. En este caso, colaboran con Inelca, que aporta la parte domótica, como esos «botóns invisibles que controlan todo», y que se ven (es un decir) en las nuevas cocinas a la venta. Y también de otras habitaciones o estancias. Y gestionan el horno, la placa, los colores... Sí, en efecto, con ellas se puede hablar.