El Duatlón Val de Soneira se estrena con dos grandes historias de superación

Antón Lestón Lago
antón lestón CARBALLO / LA VOZ

VIMIANZO

Cedida

Nagore Otero y Borja Gómez llegarán a Vimianzo gracias a su fuerza de voluntad

30 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Por si completar una prueba tan dura como el duatlón no tuviese ya el mérito suficiente, este domingo en Vimianzo, el Val de Soneira contará con dos atletas que han hecho de la fuerza de voluntad el motor de sus vidas.

Nagore Otero Martínez (Marín, 2008), nació con el Síndrome de Leriweill, una especie de displasia ósea que le provoca el acortamiento de extremidades y que le ha llevado al quirófano hasta en nueve ocasiones en los últimos siete años. «Siempre ha entrado en quirófano diciendo que va a volver a hacer triatlón», dice María Martínez, su madre. Se inició en la disciplina con tres años y triunfó en su primera prueba, en Poio. «Todos los niños iban con bici de competición y ella ganó con la de Hello Kitty», destaca. Desde entonces, ha participado en numerosas citas por Galicia y se ha clasificado para el Campeonato de España de Duatlón en Avilés y para las listas nacionales de triatlón. Todo gracias a su fuerza de voluntad, que le hace superar cualquier impedimento que se le ponga delante y que la llevó a participar en el Duatlón de Reis. «Es la prueba que más me gustó de todas en las que estuve», comentó nada más acabar el trayecto, toda llena de barro. Por eso, no lo dudó cuando le llegó la posibilidad de volver a Vimianzo para participar en el Val de Soneira, en donde volverá a disfrutar de su pasión.

Borja Gómez, internacional

La historia de Borja Gómez Méndez (Ponteareas, 2002), comenzó con seis años, cuando probó la bicicleta de montaña, de la que pronto se enamoró. Su entorno, de gran tradición ciclista lo animó y ni el Síndrome de Down fue capaz de frenarlo. Ha acudido a cinco campeonatos de España con la selección gallega de ciclocross y llegará a Vimianzo tras participar en una carrera adaptada en Bélgica, donde se convirtió en el primer extranjero de la competición.

«Ao principio, nos campionatos, mirábannos un pouco raro, pero agora xa é un mais», dice su padre, Ricardo. No solo es uno más, sino que compite de tú a tú con los mejores, como en Legazpi, donde fue de los pocos que logró terminar un exigente recorrido.

Con dificultades para participar en la mayoría de pruebas de la Federación, la categoría popular del Val de Soneira le pareció la oportunidad perfecta para participar en su primer duatlón. Un paso más hacia una inclusión muy difícil por las normativas existentes. «Eu o que máis valoro del é que abra unha lata pechada para o resto», resalta Ricardo.