El equipo granate, que se confeccionó entre la aportación de Pablo Alfaro y de Ángel Viadero, no levanta cabeza
17 nov 2010 . Actualizado a las 02:22 h.El Pontevedra, uno de los favoritos a la lucha por la fase de ascenso a Segunda División B, es en la actualidad el peor de los seis equipos gallegos en uno de los grupos más flojos de las últimas temporadas. El filial del Celta, que dirige Milo Abelleira, es el más regular y tiene a los granates a dieciséis puntos.
Le sigue el Lugo, que también ha tomado impulso en la cabeza de la clasificación. Cuatro puntos separan a ambos como mejores clasificados, quedando el Leganés y el Universidad de Las Palmas en las otras dos plazas que marcan la clasificación para entrar en la promoción.
El Montañeros, al que se impuso el Pontevedra en la segunda jornada de Liga en Santiago, viene mostrando ciertas dudas, aunque defiende la novena plaza y está a cinco puntos de entrar en la zona de privilegio.
Por detrás, están el filial del Dépor y el Coruxo, dos escuadras que, a principios de temporada, nadie pensaba que tendrían que mirar hacia abajo para ver la clasificación del club de Pasarón.
El centrocampista Dani Pendín no entiende cómo su equipo está en esta situación «ya que por presupuesto y entidad tendríamos que ser el mejor y está pasando todo lo contrario. Lo sabemos y por eso tenemos tanta preocupación desde que empezó la Liga, en la que tampoco empezamos bien. Cuando llegó el míster, mejoramos y creímos que era la línea que teníamos que seguir, pero no llega».
El centrocampista argentino establece una diferencia entre el partido con el Cerro de Reyes, que «fue muy igualado, pero el del Cacereños nos fuimos con una sensación muy amarga y a partir de mañana (por hoy) esperemos que cambiemos todo el ánimo porque no queda otra que tirar para adelante y para cambiar estas situaciones».
El argentino, decepcionado
Pendín se siente decepcionado observa que el Pontevedra es el peor equipo de los seis gallegos que militan en la categoría. «El socio que saca su carné espera que el equipo se meta en play off y está pasando todo lo contrario. Está claro que tiene que estar disgustado con nosotros. Somos los primeros que queremos cambiarlo y muchas veces pasan estas cosas porque hay veces que las cosas te salen mal, aunque todavía estamos a tiempo a revertir. Tenemos que ir a corriente porque ya pasó bastante Liga y queda poco para acabar la primera vuelta y después, una vez que estemos arriba no puede haber margen de error».
«No nos queda otra que asumir las críticas y entender al aficionado, como lo aguantamos. Estamos muy agradecidos del comportamiento que han tenido en muchos partidos cuando quizá tendrían que haber sido más duros con nosotros y se marcharon para casa disgustados. Si fuese en otro equipo, habrían reaccionado de otra manera», destaca Pendín.
Apela a la igualdad que hay actualmente en el fútbol para darle sentido al correctivo que han recibido con el colista Cacereño. «Desde que juego al fútbol tengo la experiencia de que el fútbol está muy parejo. Se han emparejado muchísimas las cosas. Salvo el Barcelona y el Madrid, que marcan muchísimas diferencias. Incluso en el fútbol argentino que yo lo sigo muchísimo, nadie saca ventaja y se cuesta ganar. Si juegan con un equipo de Tercera que esté bien organizado cuesta también ganarle porque todo el mundo trabaja bien tácticamente y hay buenos jugadores en todos los sitios. Sabía que nos enfrentábamos al colista y eso para mi era un partido trampa y le tenía miedo ya que era un escaparate para ellos y nosotros no lo supimos entender».
Señala también que no es lo mismo estar en un equipo como el Pontevedra, que tiene presión, y eso se nota: «Tenemos la responsabilidad de estar arriba y poco a poco van pasando las jornadas sin que consigamos marcar esas diferencias que tendríamos que alvcanzar a estas alturas de la temporada».