Lugo-Deportivo: Al toque de corneta de Rabello y Rennella

Pedro José Barreiros Pereira
P. Barreiros LA VOZ / LUGO

CDLUGO

CESAR QUIAN

Las estrellas del Lugo y del Dépor marcaron las diferencias en un derbi de dos caras

04 may 2014 . Actualizado a las 18:49 h.

El derbi disfrutó de dos futbolistas mayúsculos. El toque y la velocidad de Rabello dieron al Dépor una ventaja que creyó suficiente hasta que emergió Rennella, el talento y la contundencia de un Lugo que empujó contra las cuerdas al líder de Segunda. Ambos protagonizaron un mano a mano que, como el intenso partido disfrutado, acabó en tablas.

Primero tocó la corneta Rabello, quien junto a Lux y a Juan Domínguez se destacó como el mejores deportivista sobre el césped. En una primera parte de cuento, cuando el campeón de invierno atropelló de principio a fin a un adversario vulgar, el mediapunta gobernó junto al canterano un mediocampo en el que ni Pita ni Fernando Seoane supieron cómo frenarle.

Su velocidad con el balón y el guante que esconde en la derecha sirvieron para destapar a un futbolista diferente y que el Dépor necesita para encarar el camino de vuelta hacia Primera. Había llegado en enero como recambio al traspaso de Culio y al chileno le había costado sacudirse la sombra del argentino. Hasta ayer. El derbi descubrió a un futbolista con visión de juego, como demostró en el pase en profundidad a Ifrán del primer gol, pero también una explosividad que recordó más al malogrado Salomão que al fútbol que su joven compañero había protagonizado hasta ahora. De inicio el ascenso a Primera y después el Mundial terminen por premiar al líder que el Dépor busca.

Pero tras el descanso el duelo se equilibró de la mano de un Rennella espléndido. Si ya en la primera parte había despertado al Lugo de su letargo, finalmente acabó por tirarlo de la cama. Si antes había encontrado la espalda de Laure, luego encontró la de Seoane para abrir una vía de agua por la que el Lugo creyó en la remontada. Y él mismo se empeñó en hacerla posible.

Primero, tras empujar a la red una rosca espléndida de Pablo Álvarez y, luego, cuando se desembarazó de Juan Domínguez para volver a besar la red de la portería. Firme y tenaz, con habilidad de bailarín, pero cuerpo de atleta, el jugador cedido por el Betis aún quiso decidir el partido con un último chut que Lux detuvo en la intervención de la tarde. Pero el derbi ya había disfrutado de sus protagonistas. Dos jugadores que marcaron diferencias.