El Compostela realizará esta mañana un último entrenamiento antes de emprender viaje hacia tierras asturianas para medirse en la matinal del domingo al Langreo, a partir de las doce del mediodía. Le espera un rival que ha encadenado tres victorias consecutivas en las tres últimas jornadas y que tiene en Pablo Álvarez, que la pasada campaña militaba en el Lugo, a su principal exponente. También le espera un campo, el de Ganzábal, de hierba artificial. Y Lemos es la única baja.
Iñaki Alonso ha invocado el carácter competitivo del Compos para tratar de regresar con un buen resultado. Admite que el equipo no está haciendo un buen fútbol, pero también apunta que «se le ven cosas». Y, entre las más positivas, la capacidad para hacer frente a las dificultades. Subraya que el colectivo fue capaz de sacar esa genética en partidos como el de Valladolid, o el domingo frente al Lealtad, cuando el choque se le puso cuesta arriba en el arranque de la segunda mitad. Pese a no estar bien, el grupo supo amarrar los tres puntos.
A diferencia de lo que sucediese la pasada campaña, cuando Joselu absorbía casi toda la producción goleadora, en esta, los arietes, Navarro y Mensha, están teniendo más problemas para ver puerta. Por contra, los tantos llegan más desde la segunda línea.
Alonso no se muestra preocupado al respecto. Antes al contrario, subraya que los goles que anotan los centrocampistas o los defensas son claves para que un equipo pueda mirar hacia arriba en la clasificación. Y recuerda que, en ocasiones, esos goles son producto del trabajo de los delanteros.