
El joven jugador ha sido uno de los pocos lucenses que metió un gol en la Copa del Rey. Optó por los estudios y aparcó una carrera deportiva que quiere retomar cuando acabe en la universidad
02 dic 2019 . Actualizado a las 05:00 h.La vida puso al joven sarriano Iñaki Fernández en el dilema de seguir en Lugo, jugando en el filial y con opciones de dar el salto al equipo profesional, y estudiar una carrera que no le llenaba o apostar por sus estudios. Se decantó por los libros, pero su calidad le abrió las puertas de los equipos más fuertes de la Tercera División de Cantabria, y le permitió seguir con su progresión. Con 21 años y una gran fe en sus posibilidades, está seguro que todavía puede llegar muy alto en el mundo del fútbol. Comenzó con 6 años en la escuela de la Sarriana, pasó al Lugo en infantiles y militó con los rojiblancos siete temporadas en las que pasó por toda la estructura del club. Tropezón, Rinconera y ahora Barquereño son los tres equipos en los que ha jugado estos años, con el último se ha convertido en uno de los pocos lucenses que ha marcado un gol en la Copa del Rey.
-¿Cómo fueron sus inicios?
-Desde muy niño me encantaba el deporte en general, por lo que jugaba a fútbol, baloncesto y fútbol sala. El que más me apasionaba era el fútbol y por eso cuando llegó el momento de decantarme por una opción no tuve dudas.
-¿Recuerda cuando le fichó el Lugo?
-Sí, aunque todavía era alevín y me entrenaba Chivita. Jugaba como delantero y marqué más de 50 goles aquella temporada. Al principio no quería cambiar para no dejar a mis amigos con los que disfrutaba un montón, pero lo pensé bien tras hablarlo con mis padres y tras meditarlo mucho entre todos decidí dar el salto.
-¿Cómo fue su llegada al Lugo?
-Pensé que me iba a costar adaptarme, pero pronto hice relaciones y me adapté rápido a un entorno que me ayudó mucho a formarme como persona y a entender los valores de un club grande.
-¿Cuándo decidió permutar su posición en el campo?
-No fue algo que decidí yo. El entrenador me dijo que tenía condiciones para jugar a uno o dos toques y me probó en el centro del campo. El cambio me agradó y ahora me gusta más dar el pase que marcar. En el juvenil me colocaron de lateral derecho por dentro como hacía Luis Enrique en el Barcelona y también me adapté.
-¿Le resulto difícil dejar Lugo y el equipo cuando ya estaba en el filial?
-La realidad es que me costó mucho dejar Lugo después de siete años en los que estuve muy a gusto y en los que disfruté jugando al fútbol. Además siempre contaron conmigo y me dijeron que iban a seguir haciéndolo. Tenía que escoger entre seguir aquí y estudiar algo que me gustaba menos o marcharme y estudiar la carrera de fisio que me apasiona y opté por los estudios.
-¿Le costó adaptarse a una nueva ciudad?
-Las primeras semanas lo pasé fatal, Fue muy complicado y pensé muchas veces que había hecho mal. Este tono negativo cambió por completo tras comenzar las clases y disputar el primer partido y ahora estoy muy contento tanto en la universidad como en el fútbol.
-¿Qué sintió al marcar un gol en la Copa del Rey?
-Primero valoré que era el gol del empate y que podíamos clasificarnos, aunque caímos en la tanda de penaltis. Comencé a ser consciente de lo que había hecho cuando llegué al autobús y tenía un montón de mensajes y muchos con fotos y vídeos de la jugada.
-¿Le quedó la espinita de no haber logrado clasificarse?
-Claro, de haber pasado a la siguiente ronda gracias a un gol mío hubiéramos jugado contra todo un Vilareal.
-¿Sigue los partidos del Lugo?
-Por supuesto, y me encanta que se haya consolidado y siga en el fútbol profesional, pero al que sigo de manera más directa es al filial en el que siguen varios de mis amigos que espero que puedan tener una oportunidad en el primera equipo, ya que creo que pueden dar el salto.
-¿Sigue también a la Sarriana?
-Sí, y más ahora que se reforzó bien con jugadores con los que tengo una gran relación. Ojalá que les salgan muy bien las cosas y pueda estar con los mejores al final de la temporada.
-¿Cómo ve su futuro en el mundo del fútbol?
-Quiero seguir disfrutando del deporte que me apasiona, pero también pretendo llegar lo más arriba posible, algo en lo que todavía creo, ya que solo tengo 21 años y mucho recorrido por delante. Ahora quiero acabar los estudios y cuando lo haga estudiaré las posibles ofertas deportivas que me surjan y que me permitan compaginar el fútbol con mi trabajo como fisioterapeuta, que es realmente otra de mis grandes pasiones.