El Lugo dice adiós a 11 temporadas en Segunda División

CDLUGO

Alberto López

La derrota ante el Málaga y la victoria del Racing de Santander ante el Granada certifican el descenso del Lugo a Primera Federación tras un curso pobre

24 abr 2023 . Actualizado a las 09:53 h.

El Lugo certificó ayer su fracaso. El descenso matemático a Primera Federación tras once temporadas en la categoría de plata. Necesitaba sumar ante el Málaga, y que el Racing de Santander no ganase al Granada para mantener el hilo de esperanza que le separaba del abismo. Pero nada se cumplió, y los albivermellos militarán la próxima temporada en la categoría de bronce del fútbol español.

Los de Íñigo Vélez acumularon una nueva derrota ante el Málaga. Apenas necesitó dos minutos el conjunto andaluz para llevarse el partido. Rubén Castro y Villalba sentenciaron el encuentro antes del descanso, mientras el Lugo lo buscó, pero nada le salió.

Un duelo de necesidades inmediatas. La lluvia reinó en el Ángel Carro. Presagio o no de lo que ocurriría, ambos equipos contaron con el cariño de su afición. Un numeroso grupo de seguidores del Málaga quisieron arropar a su equipo, a cinco puntos de la salvación. Tras unos minutos de tanteo, el Lugo buscó llevar la iniciativa del juego tratando de encontrar puerta de forma combinativa. Sin embargo, la primera opción de peligro fue gracias a un balón largo que Avilés trataría de rematar sin fortuna. La respuesta andaluza fue inmediata, con un centro por la izquierda de Álex Feba buscando el cabezazo de Rubén Castro. El mítico delantero tampoco lo consiguió.

Se mantenían las tablas en el marcador. El Málaga, y su defensa de cinco, al igual que el Lugo, optó por iniciar el juego desde atrás, lo que le permitió al equipo lucense adelantar la presión. Los de Íñigo Vélez optaron por la misma opción. En una de esas jugadas, Clavería disparó desde la frontal pero el balón se marchó alto. La tensión era patente en los dos equipos. Demasiado en juego. Tardó 16 minutos el Málaga en lograr su primer disparo entre los tres palos. Eso sí, una vez que probó el primero, se sintió cómodo. Tanto, que logró abrir el marcador a la media hora de juego tras un centro desde la derecha de Chavarría que cabeceó al fondo de la red Rubén Castro, convirtiéndose así en el máximo goleador histórico de Segunda División. Fue tal el golpe que recibió el Lugo que, tan solo dos minutos después, una jugada por la izquierda que asistió Rubén Castro para la definición de Villalba puso el segundo en el marcador. Un duro golpe para un Lugo prácticamente desahuciado.

Sin peligro

Tras el paso por vestuarios, el Málaga saltó al campo mandando. Controlando el juego, llevando la iniciativa y generando peligro. El Lugo, aguantaba. Resignado. Deseando poner fin a la pesadilla. Mientras, el Málaga, no generaba peligro, pero tampoco sufría en defensa.

Íñigo Vélez arriesgó metiendo a un delantero, Manu Barreiro, por un central. Se asomaron al área del Málaga con voluntad, pero fue inocuo en ataque y solo un centro de Señé que cabeceó Avilés fuera puso a los andaluces sobre aviso, en una segunda parte tranquila que les permite mantener viva la llama de la permanencia.

Con la posesión repartida a partes iguales, el Lugo no conseguía generar el peligro suficiente para meterse en el partido. Aunque lo intentaba. Avilés, su mayor baza a nivel ofensivo, se hizo con el balón en campo propio, condujo hasta el área, y a pesar de tener opciones de centrar, optó por una disparo raso y cruzado que marchó fuera.

Sergio Pellicer, consciente de la importante de sumar tres puntos en sus aspiraciones de salvación, movió el banquillo para dar descanso a sus dos máximos artilleros: Rubén Castro y Villalba. En su lugar entraron Álex Gallar y Genaro, con la intención de dar consistencia al centro del campo. El Lugo hizo lo mismo, y tiró de El Hacen y Carbó. Un centro de Andoni al segundo palo, tratando de generar una segunda jugada, permitió el cabezazo de Avilés para el remate final pero Manu Barreiro, pero no logró finalizar.

En los minutos finales, los jugadores del Lugo se notaban completamente desquiciados ante las decisiones arbitrales. Mientras, la grada gritaba «¡Sí, se puede!» para sus jugadores. Un mensaje desesperado para un equipo impotente, al que nada le salía. Ni le salió.

Ya no quedan milagros a los que agarrarse. Tras más de una década peleando en Segunda División, el Lugo retorna a la categoría de bronce.