En su camino al primer equipo, el canterano fue cedido en infantiles al club de Cantarrana, donde esta tarde afronta otro amistoso ante el Real Madrid Castilla
02 ago 2023 . Actualizado a las 10:03 h.Cuando llegó a Viveiro para defender al cuadro celeste, Andrés López Gallo (Riotorto, 2003) era un infantil de primer año que buscaba más protagonismo. Siete años y medio después el fútbol lo devuelve a la ciudad del Landro convertido en jugador de la primera plantilla del Lugo y con ganas de reivindicar galones en el centro de la zaga.
Tras ejercer de capitán en la segunda parte de la victoria por 0-2 ante el filial del Oporto, Castrín —como es conocido por herencia de su padre, propietario de Embutidos O Mazo— quiere hacer más méritos para obtener la confianza de Pedro Munitis en el partido ante el Real Madrid Castilla, memorial en honor al mítico delantero Antonio Tarrío (Cantarrana, 19 horas. Canal de Youtube del CD Lugo).
Forjado en una familia de enorme tradición balompédica y con un hermano tres años mayor, Pablo, que alcanzó la selección sub-17 y juega en el Ribadeo —compartieron vestuario en el Polvorín el último año y medio—, Andrés Castrín ha labrado su propio camino hasta las puertas de la élite con unas condiciones físicas y técnicas perfectas para el puesto de central y una inflexible disciplina, confianza y humildad.
Comenzó a jugar en su Riotorto natal, pero fue en las Escolas Deportivas Lourenzá donde se federó en el fútbol-8 y el fútbol sala. Con las selecciones de A Mariña deslizó unas posibilidades que no pasaron desapercibidas en las oficinas de un Club Deportivo Lugo que lo reclutó en el verano del 2015.
Dos cesiones antes de explotar
Brillar de albivermello, sin embargo, no fue sencillo para el más joven de los Castrín. Mediado su primer curso en el club, fue cedido al Viveiro, y dos años más tarde reforzó al Racing Villalbés en cadetes. Tras sacar provecho de sus experiencias en los estadios Marcos Gómez-O Cembedo y Roca, Andrés regresó para preparar una imparable explosión que encontró en Álex Ortiz y Rubén Albés a sus grandes valedores.
Cuando cumplía su última campaña como juvenil, el andaluz lo puso a prueba en pretemporada y, tras un cuidado trabajo de la mano de un entrenador personal, se convirtió en el jefe de la zaga del filial que ascendió a Segunda Federación y respondió con creces a la oportunidad que le ofreció Albés para disputar dos partidos completos en la Copa del Rey.
El pasado curso también contó con la confianza de Hernán Pérez en el torneo del KO y, cuando el Polvorín y el Lugo ya estaban condenados a sus respectivos descensos, Íñigo Vélez echó mano de él como uno más en la primera plantilla. En el tramo final de la temporada disputó siete partidos, cinco de ellos como titular en Segunda División.
Con solo 20 años y abanderado de la generación de canteranos que quieren hacer de la escuadra albivermella una de las más respetadas en Primera Federación, Andrés Castrín regresa a Viveiro para volver a reclamar galones durante el duelo contra el Castilla, otro rival a tener en cuenta en la tercera categoría a nivel nacional. Ver los progresos del riotortense, además del probable debut de Sergio Aguza, será uno de los grandes atractivos para el público mariñano.