¿Sueñan los futuros físicos con ser Sheldon Cooper?

Mila Méndez Otero
mila méndez REDACCIÓN / LA VOZ

CIENCIA

Iago García / Emilio Cerviño

La serie recibió la medalla Stephen Hawking de comunicación científica; docentes gallegos admiten que hace mucho por divulgar la física

09 jul 2017 . Actualizado a las 18:56 h.

Que sea julio no significa que las aulas de la Facultad de Física de Santiago estén vacías. En el laboratorio de informática hay diseminados alumnos de ESO y Bachillerato apuntados al campus de verano dedicado al acelerador LHC. El Woodstock de la física de partículas, como bromeaban en un capítulo de The Big Bang Theory, una conferencia a la que asisten 20 personas es todo un éxito). Xabier Cid, coordinador de las jornadas y docente de la facultad, reconoce que la capacidad de convocatoria de actividades como esta va en aumento. «¿É agora a física máis popular? Posiblemente», admite. «Tras 25 anos dando clase, vexo que ten máis presenza», apunta Jesús Fidalgo, profesor en el IES Rosalía de Castro de Santiago, que también participa en el campus. «Hai un cambio do 100 %. Cando comecei a carreira non había nin nota de corte», expone Cid. Desde la USC facilitan un dato. Si en el curso 2006-2007 eran 61 los matriculados en primero, en el 2016-2017 fueron 88. 107 si se añaden los alumnos de los recientes dobles grados de Matemáticas y Física y de Química y Física. «Dez alumnos do meu centro van estudar Física. É unha cifra moi alta», agrega Jesús Fidalgo.

¿A qué se debe este mayor interés en una titulación con fama de árida? Por un lado, el cambio de actitud de los propios físicos, valora Cid. «Se queremos recibir financiamento necesitamos demostrar que o que facemos é útil. Vémolo na política comunicativa do CERN ou de proxectos como o LIGO», expone. También pesan las salidas laborales. «O paro é case inexistente». Pero, hay un tercer punto que, aunque anecdótico para muchos, Cid no niega. La buena fama también tiene nombre de serie. Si en el pasado Carl Sagan inspiró a astrofísicos, una ficción norteamericana está introduciendo en miles de casas conceptos como la teoría de cuerdas o la gravedad cuántica. «Hai charlas nas que emprego pequenos fragmentos de The Big Bang Theory para falar, por exemplo, da diferenza entre física experimental e teórica», dice el físico de la USC.

La figura de Feynman

CBS

La serie creada por Chuck Lorre acaba de ser reconocida con la Medalla Stephen Hawking de divulgación. Jesús Fidalgo, que también destaca el auge de programas de comunicación científica, echa mano de Sheldon y los suyos en clase: «Para introducir o principio de indeterminación de Heisenberg ou a figura de Feynman». ¿Qué opinan sus alumnos? «Non sei ata que punto é o máis desexable pintar aos científicos de clichés andantes... Pero é certo que achega a ciencia ao público xeral», opina Rita Villar. Ella, al igual que su compañero de instituto Miguel Carrera, comienza Física en septiembre. «Hace llegar a los espectadores conceptos como el efecto Doppler. Sin embargo, no es bueno crear un gusto por una profesión a partir de una serie. Puedes desilusionarte», dice Miguel. Otro compañero, Ramón Daniel Cereijo, que hará Matemáticas, confiesa: «Conseguiu que a sentise máis próxima a min. É un enfoque oposto á física do instituto». Aunque bien documentada, «ata nas fórmulas que escriben nas pizarras», según Cid, la serie es solo eso, una ficción. «Tómase licenzas. Sobre todo á hora de mostrar o traballo dos físicos. É moito máis colaborativo. Pero o que máis boto en falta é que apenas falen do CERN», añade Cid. En el laboratorio suizo donde trabajó como investigador no eran ajenos al poder de seducción de esta comedia de situación. Enviaron un póster promocional directo a Pasadena que pudo verse en varios capítulos.