La ciencia forense de Galicia, al servicio de los casos imposibles

Juan Ventura Lado Alvela
Juan Ventura Lado REDACCIÓN / LA VOZ

CIENCIA

PACO RODRÍGUEZ

El crimen de Cabanas es uno más de los esclarecidos con la ayuda del Incifor, que ha sido requerido en varios países

29 oct 2023 . Actualizado a las 20:24 h.

Logros policiales como la detención del asesino confeso de Elisa Abruñedo están sustentados en avances científicos en los que el Instituto de Ciencias Forenses Luis Concheiro de Santiago (Incifor) es referencia mundial. Los responsables del centro guardan silencio absoluto sobre un caso bajo secreto de sumario. Pero a nadie se le escapa que detrás del trabajo genético que le dio a los policías un camino por el que tirar está el equipo científico de apenas una docena de investigadores dirigido antes por Ángel Carracedo y ahora por Victoria Lareu. Y no es ni mucho menos la primera vez. Estos son algunos ejemplos en los que sus avances en genética forense fueron determinantes para la resolución de los casos.

Delroy grant

El depredador de ancianas. La detención en Reino Unido en noviembre del 2009 de Delroy Grant por cinco violaciones, seis agresiones y once robos cometidos contra mujeres de edad avanzada desde 1992 fue el caso que más difusión internacional ha tenido sobre todo por la serie televisiva Manhunt que lo recrea. Los investigadores tenían muestras de ADN, pero el autor no estaba fichado. Gracias al perfil elaborado por el instituto compostelano, los investigadores pudieron comprobar que coincidía con el individuo grabado por una cámara en otros hechos y pudieron cerrar un caso que llevaba abierto 14 años.

Eva blanco

Un hermano del asesino. La adolescente madrileña Eva Blanco fue asesinada el 19 de abril de 1997 y la Policía arrestó a Ahmed Chelh de 52 años en Francia el 1 de octubre del 2015 como responsable del crimen. El estudio genético realizado por este laboratorio de la USC logró determinar el origen magrebí de las muestras de semen halladas en el cuerpo. Muchos años de trabajo y bastante incomprensión judicial por el medio, los investigadores llegaron por esta vía hasta el hermano del detenido, que nada tenía que ver con el crimen, y finalmente a Ahmed.

El 11M y el 11S

La mochila de Vallecas. El juez Juanma del Olmo echó mano del equipo para detectar el origen también magrebí del propietario de una mochila abandonada en los atentado del 11 M en Madrid y descartar así una huella presente en la misma que apuntaba a una ciudadano europeo que la habría manipulado. Sus servicios también fueron requeridos para colaborar en la identificación de los autores del atentados de las Torres Gemelas en Nueva York el 11 de septiembre del 2001.

Tsunami

ADN muy degradado. Mediante la técnica conocida como SNP (polimorfismos de nucleótido único), el instituto compostelano consiguió en el 2006 darle una identidad a una docena de víctimas de las más de un millar que todavía permanecía anónimas del tsunami que asoló el sueste asiático dos años antes.

Las niñas noruegas

Injustamente encarcelado. Viggo Kristiansen cumplió casi 21 años de cárcel por la violación y asesinato de Stine Sofie Sorstrønen, de 8 años, y de Lena Sløgedal Paulsen, de diez años, en la zona boscosa de Baneheia, al sur de Noruega. Siempre defendió su inocencia y la Fiscalía acabó pidiéndole perdón porque las nuevas técnicas de análisis del ADN, entre otras pruebas, mostraron que no era el responsable.

El equipo que dirige Victoria Lareu, y que cuenta con miembros tan destacados como Chris Phillips o Antonio Salas, ha estado implicado en la investigación de muchos otros crímenes, como el de las niñas de Alcácer o el asesinato de los niños Ruth y José a manos de su padre José Bretón, en el que el ADN estaba demasiado degradado incluso para las avanzadas técnicas que han contribuido a desarrollar en Santiago. Pero no todo son asesinatos. Los avances del Incifor se aplican a otros muchos campos como el de la antropología forense desde el yacimiento de Atapuerca hasta la investigación sobre el origen de Cristóbal Colón.

Todo ese trabajo y una cantidad de él todavía mucho mayor que no siempre llega a la escena pública le ha valido al Instituto Luis Concheiro una visibilidad y un reconocimiento mundial.

«Ángel Carracedo ha sido el pionero en este campo y es el coordinador de todos los grupos de trabajo de la Sociedad Internacional de Inmuno-genética Forense, y sobre todo es un claro referente internacional», explicaba en un artículo hace ya dos decenios Antonio Alonso, que hoy dirige el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses y que ha colaborado con los investigadores gallegos en multitud de ocasiones.

La propia Sociedad Española de Genética destaca en el 2015, con la concesión a Carracedo del premio nacional de la especialidad, la enorme contribución de este grupo de investigadores de la Universidade de Santiago «en el desarrollo de nuevas tecnologías para la identificación forense basadas en la genética molecular, que han tenido una gran proyección internacional».