La ciencia del beso

Francisco Ríos Álvarez
francisco RÍOS LA MIRADA EN LA LENGUA

CIENCIA

Biel Aliño | EFE

29 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

A nuestro lado siempre sucede algo de lo que la mayoría no nos enteramos. Es el caso de la filematología. Se trata del estudio —o ciencia— del beso. ¿Da para tanto el ósculo? Sí.

Ese nombre, filematología, tiene dos componentes de origen griego. El primero hace referencia al beso y el segundo, -logía, significa ‘tratado’, ‘estudio’, ‘ciencia’. La filematología estudia el beso y las reacciones que provoca en el organismo humano. Parece que esta acción, que se practica desde hace al menos cinco mil años, es una evolución del saludo consistente en aproximar las narices y olerse para obtener información de la salud e incluso del estatus de la otra persona. De algunos filematólogos y de divulgadores de su trabajo recogemos datos como los siguientes, de cuya veracidad no nos responsabilizamos: el beso activa la producción de serotonina, un neurotransmisor que actúa sobre el estado de ánimo, transmite virus beneficiosos para la salud, reduce el cortisol, relacionado con el estrés, baja la tensión arterial, protege de las caries, elimina hongos, consume calorías... A la vista de lo cual no debería descartarse que los besos acabasen figurando entre las prestaciones de la Seguridad Social.

Hay quien garantiza los beneficios de todo tipo de besos, sean en la mano, en la mejilla, en la frente o se trate del french kiss o, como dicen los italianos, bacio alla francese, o beso francés, el beso erótico. En el siglo XIX se utilizaba en Francia la denominación baiser florentinbacio alla fiorentina en italiano—, que se ha atribuido a Napoleón. En inglés también se habla de cataglottism, procedente del griego y adaptado al español como cataglotismo, aunque los diccionarios de uno y otro idioma no lo registran. En otros tiempos los médicos llamaban catagloso al bajalenguas, el depresor lingual que empleaban en sus exámenes y en intervenciones quirúrgicas. En español, cataglotismo se usa más con el sentido de ‘uso de palabras rebuscadas’. Una recomendación final en relación con un asunto que aparece en el léxico relacionado con el beso. Cuidado con la obsesión por los besos, la basorexia, el impulso o la necesidad repentina de besar a alguien. La cosa puede acabar mal si no hay buena disposición de la otra parte. Que se lo pregunten a Luis Rubiales.