Los monitores que estaban presentes en la piscina la mañana del pasado 30 de marzo «no se explican» cómo pudo haberse ahogado Diego Novo. Y no encuentran razones, según declararon ayer a la titular del Juzgado de Instrucción número 3, porque «en ningún momento» abandonaron su puesto. Una de las instructoras aseguró que se quedó sola en la piscina cuando terminó la clase en la que estaba el menor fallecido y no descubrió su cuerpo bajo el agua hasta el momento en que accedía a la instalación otro grupo de alumnos.
Quien declaró eso es la monitora que aquella mañana sustituía a la titular. También testificó la otra persona que estaba en las instalaciones y que se presentó a la magistrada como el encargado de la piscina y el hombre que sacó a Diego Novo del agua. Ninguno de los dos pudo precisar si vieron al menor ausentarse de la clase para ir al baño, tal y como había declarado una de las profesoras, o el momento en el que le sacaron las protecciones. Lo que sí recordaron es que los dos ayudaron a los críos a quitarse los manguitos al concluir la clase y mientras la monitora se quedaba en la piscina sola el encargado de la misma acompañó a los pequeños al vestuario. Y allí estuvo hasta que regresó a la instalación con el siguiente grupo de alumnos. Fue entonces cuando ambos vieron a Diego en el fondo de la piscina y se lanzaron al agua para rescatarlo.
A día de hoy, la jueza instructora ya tomó declaración a todas las personas que tuvieron algún tipo de relación con el incidente. Pero ni los agentes que llevan la investigación, como los monitores o profesores del centro pudieron responder a la pregunta que se hace todo el mundo: ¿Cómo y en qué momento se ahogó Diego?
Investigación
De la investigación policial y de los testimonios parece claro que el pequeño de 4 años permaneció bajo el agua más de diez minutos hasta que el encargado de la piscina lo descubrió y se lanzó al agua. Así lo cree no solo José Luis Aranguren, el abogado que representa a los padres del fallecido, sino también el médico del 061 que atendió al pequeño. Declaró que por «la coloración que presentaba, el estado de su piel y a las mucosas», parecía evidente que la víctima llevaba más de diez minutos en parada cardiorrespiratoria.
Los agentes que se ocupan del caso también opinan la mismo. Aparte de ese razonamiento médico, existe una prueba casi concluyente. Según pudieron comprobar tras observar «decenas de veces» la grabación de la cámara de vídeo que apunta a la piscina, aunque no en su totalidad, el hecho de que la superficie del agua estuviese «completamente lisa, sin ondulación alguna» durante los diez minutos anteriores a que un empleado del centro se lanzase a rescatar al pequeño hizo pensar a la Policía Científica que el menor estuvo en el fondo durante todo ese tiempo.