Un convenio «clave para el futuro de la ciudad» suscrito ante medio centenar de testigos

A CORUÑA

31 jul 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Javier Losada y José Blanco no pusieron a Dios por testigo de su acuerdo, definido como «clave para el futuro de la ciudad», sino a medio centenar de representantes de la sociedad civil coruñesa. 21 de los 27 concejales de la corporación municipal, representantes de los sindicatos, y los presidentes de los colectivos de empresarios, Antonio Fontenla; promotores, Ángel Jove; constructores, Antón Arias; del Banco Pastor, José María Arias, y el director general de Caixa Galicia, José Luis Méndez, entre otros.

La ceremonia fue rápida. Blanco hizo una aparición fugaz. Llegó al filo de las once y media, mientras los invitados se acomodaban en las sillas dispuestas en el salón real del palacio municipal. En la puerta le esperaba el alcalde y su jefa de servicio, además de los fotógrafos y varios escoltas. Un efusivo saludo dio paso a la firma en el libro de oro de la ciudad, justo a continuación de la página en la que dejó su rúbrica el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo. «Es un honor para mí firmar en el Libro de Oro de la ciudad de A Coruña, con motivo de mi visita como ministro de Fomento del Gobierno de España, en un momento en que uno de los símbolos más representativos, la Torre de Hércules, fue declarada Patrimonio de la Humanidad. Ciudad de A Coruña integradora, liberal, abierta, que mira con esperanza al futuro a través de sus comunicaciones por tierra, mar y aire que me propongo impulsar», escribió sobre su firma y luego contó en la rueda de prensa.

Tuvo tiempo primero de agradecer la presencia «del señor Negreira y del señor Tello», que compartían la primera fila con la portavoz socialista, Carmen Marón, y con el teniente de alcalde Carlos González Garcés. Y de recibir «el cariño y el respeto de toda la corporación municipal a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado» transmitido por el regidor, Javier Losada, antes del inicio de su alocución.

Luego, tras responder a todas las preguntas sobre las obras en la ciudad -y rechazar una sobre el lío de los espías de Esperanza Aguirre, «que entenderá usted que no le responda en un día como hoy en un lugar como este tan alejado de Madrid»-, se dirigió a otro de los salones del Ayuntamiento para compartir un rápido aperitivo y saludar a los invitados presentes en el acto de firma del convenio. Y unos minutos antes de la una, exactamente 83 minutos después de llegar, emprendió de nuevo viaje rumbo a Madrid.