Los afectados por la cancelación de un vuelo en el aeropuerto Charles de Gaulle llegaron a la ciudad tras conseguir con un plante que Vueling fletara dos autobuses
12 may 2010 . Actualizado a las 11:54 h.Con más de 19 horas de viaje en autocar a sus espaldas, los 29 coruñeses afectados por la cancelación del vuelo de Vueling entre París y Santiago el pasado domingo llegaron a casa. Tras un plante de un total de 73 pasajeros en el aeropuerto Charles de Gaulle, la compañía aérea indicó a los conductores que debía trasladarlos a Compostela, pero el propio grupo estableció el reparto por procedencia y con la colaboración de los chóferes se logró que los coruñeses llegaran a la estación de autobuses, mientras el resto hacía lo propio en Lavacolla.
Los coruñeses tuvieron más suerte, ya que el autocar llegó sin complicaciones. Sin embargo, el resto no alcanzaron su destino hasta cerca de las once, al haberse equivocado en un par de ocasiones el conductor de carretera. Pese al tute que supuso esta alternativa para volver a casa, muchos respiraron aliviados cuando consiguieron salir de la puerta de embarque donde inicialmente iban a coger su vuelo el domingo con el traslado resuelto, aunque fuese enfrentándose a un viaje por carretera, agotador para todos.
«Los franceses nos han tratado como a españoles, les ha costado mucho dar su brazo a torcer y si lo hubieran hecho el domingo hubieran quedado como unos señores. Es una pena que Vueling no haya solucionado antes un problema tan sencillo», explicaba ayer Juan Manuel Naveira, uno de los más activos a la hora de buscar soluciones para todo el grupo de afectados, ya que reconocía que «para las personas mayores hubiera sido un problema quedarse sin poder salir en días de París».
Su mujer, Sandra Martínez, reconoce que quizás se hubiera encontrado una solución más rápido para los pasajeros del Empress, la gran parte de los afectados, si hubiesen tenido el amparo de Pullmantur, la operadora del crucero, que no ofrecía en su oferta la opción de regreso. «La presión hubiese sido distinta», reconoce.
«Todo fue una tomadura de pelo, sentías indefensión y una impotencia total», resumía María Pato, otra de los viajeros de esta odisea, que atribuye el éxito final a otra afectada que hablaba francés y que fue la que indicó que si se salía de la terminal se perdían los derechos. Pato agradece el respaldo «a toda la gente que se movió por nosotros desde A Coruña». Gracias a las llamadas de los afectados a conocidos e instituciones que pudieran ayudar, el lunes por la mañana, antes de que Vueling optara por asumir el traslado, el Consorcio de Turismo de A Coruña había anunciado que facilitaría el buscar a los pasajeros donde estuvieran si lograban salir de Francia, también hubo el ofrecimiento de la Autoridad Portuaria de buscar alternativas e incluso el Consulado había indicado que conseguía buses para Galicia, aunque los pasajeros deberían asumir el pago de 110 euros por persona.
Vuelo antes del día 24
«Para mí, nos maltrataron y por mi parte voy a reclamar a la agencia de viajes, a Consumo y a Vueling», anunciaba María Pato, y cuestionaba que la compañía apostara por cansar a los afectados solo para que se fueran y no hacerse responsable de su regreso, aludiendo a que la firma aérea solo ofreció la devolución del precio del billete y un vuelo a cualquier destino de la compañía antes del 24 de mayo. «Un chiste», consideró esta joven, que viajaba con su madre, de 72 años.
Luis Varela también anuncia que reclamará a Vueling y a su seguro de viaje y cuestiona que la razón de la cancelación estuviera en las repercusiones del volcán islandés ante las noticias contradictorias que se dieron desde Aena y Lavacolla. Asimismo, se muestra ofendido porque sí se ofreció el pago de cena y hotel a unos pasajeros con el mismo problema que tenían un vuelo a Madrid también desde el Charles de Gaulle la noche del domingo. «Lo mejor es que nos hubieran dado la solución de los autobuses esa misma noche, no la indiferencia con la que nos trataron, porque lo más duro fue pasar la noche en el aeropuerto», resumió.